Yogures de Coco y Puertofé, un sentimiento personal

Yogures de Coco y Puertofé, un sentimiento personal

Puertofé llega después de un exitoso crowdfunding con mucha fuerza y llevará a Yogures de Coco a tocar por diferentes ciudades.

Fotografía: A. Escalona

Como ya comentamos, el nuevo disco de Yogures de Coco ha llegado pisando muy fuerte, y es que llama la atención tanto en forma como en contenido. Para diseñar la preciosa portada, la ilustradora elegida fue Laura R. Molnár, consiguiendo sorprender tanto a seguidores como a la propia banda.

En lo que al contenido se refiere, afrontamos los once temas con muchas ganas, y el primer corte que encontramos es «La función», que a pesar de la crudeza de la letra está adornada con ritmos que invitan a bailar y a sonreír.

¿Qué está por venir? Pues bien, «Ellos», siguiendo el tono general de Puertofé (autoeditado, 2017), es una canción llena de crítica y nos anima a despertar con la enorme subida musical a mitad de la canción y con los vientos tímidos del final. De repente, enlazamos con la siguiente canción gracias a esos vientos de nuevo presentes, pero con un tono mucho más alegre, esto es «La guerra».

«Bajar la fiebre» es una canción sencilla y redonda, algo más tranquila, pero en la que cuanto más nos concentramos en escuchar más toques mágicos descubrimos. En todas las canciones nos sorprenden los coros, justo en su lugar y creando un gran efecto, aunque quizá este es uno de los temas en el que más brillan.

La quinta canción es «En el espejo», una subida continua llena de esperanza en la que encontramos nuevos sonidos. Vamos por la mitad y tiene muy buena pinta. Llega «Lascar» y las baterías nos hacen sumergirnos en la historia y en el sentimiento, y nos harán evolucionar con ellas hasta el final.

En el séptimo corte, «Somos», volvemos a esos ritmos con los que empezamos el LP y que nos invitan a bailar y a corear con ellos el juego de voces. Este tono sigue con «Almas perdidas», con sus diferentes guitarras nos vamos a un viaje por rincones exóticos, que sigue con «El himno del amanecer» en el que con la vuelta de los vientos a un plano principal sentimos el optimismo.

«Uno = Mil» es otra de las canciones que más llama la atención por su crítica contundente, y en la que destaca la línea de guitarra que podría pertenecer a la banda sonora de cualquier película.

Con «Le loop» parece que los chicos de Yogures de Coco han querido dejarnos entrever toda su fuerza y que merecen que los veamos en directo todas las veces que podamos. Quizá sea la canción más indie, asemejándose a los toques marcianos de Foals. De nuevo toques mágicos en cada nuevo minuto, punteos de guitarra que se mezclan con una batería que hipnotiza y coros que dan ganas de gritar. A mitad de la canción encontramos un cencerro  que, creo, consigue darle un toque diferente rompiendo un poco esa subida tan homogénea.

Puertofé no tiene desperdicio y merece que todo amante del pop rock que todavía no lo conozca le dé una oportunidad.

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