Esta semana nuestra Lanzadera viaja a los ochenta sin moverse del siglo XXI. Nos vamos al 46013 de Valencia para brujulear junto a La Plata, joven quinteto de synth pop que se deja querer por el punk de la movida (promovida).
Fotografía: Irene Palacio
Hay veces que una se enamora a primera escucha, sin apenas conocer sobre la banda en cuestión ni tampoco haberles visto en directo. Este fue mi caso y, probablemente, el de la mayoría de seguidores de La Plata. De YouTube a Sonido Muchacho, del sello independiente a las últimas Fiestas Demoscópicas en Joy Eslava y un inminente estreno en la mítica sala El Sol. Y 2018 acaba de empezar.
La historia de La Plata nace a partir de Diego Escriche, quien lanzó a finales de 2015 «Un atasco» en solitario bajo el informático título de «0000000», y de Miguel J. Carmona, con quien había creado el proyecto Progreso. Tras la disolución del mismo, ambos se unieron a Salvador Frasquet, María Gea y Patricia Ferragud, conformando la formación actual del quinteto valenciano.
Su música suena a aquella nueva era originada antes de su nacimiento (sus componente no llegan al cuarto de siglo) y lo mismo recuerda a Farmacia de Guardia que a la mala baba del punk británico o al remember utilizado por El Último Vecino. Para ello no hay más que oír la que para muchos fue la mejor canción del pasado año, la citada «Un atasco».
Un atasco (2017)
7» formado por sólo tres canciones que supuso la primera piedra de una formación llamada a remover la escena valenciana (y nacional). Carlos Hernández fue el productor que consiguió dar consistencia a la base de «Un atasco», «Esta ciudad» y «La luz» en menos de diez minutos. Sus quinientas copias volaron.
Desorden (2018)
Nervio, urgencia, desencanto. Letras hechas para una generación abandonada, teledirigida y con un futuro incierto. Su primer sencillo atiende al nombre de «Miedo» y sigue fiel al pop triste de personalidad punk presente en sus anteriores hermanos.