Paranormales se apean por un momento de nuestra Lanzadera para visitar el Café la Palma de Madrid, compartiendo escenario con Trajano!
Fotografía: Eva Sanabria
Ver en directo al mismo grupo en más de una ocasión es algo que suele interesarme, en especial si además de encontrar su propuesta atractiva, los diferentes conciertos tienen lugar en diversas etapas de su trayectoria. Con todo, había transcurrido muy poco tiempo desde la última actuación de Trajano! a la que tuve ocasión de asistir y no creo que hubiera repetido tan pronto de no ser porque sus compañeros de viaje en la velada del sábado 24 de noviembre en el Café La Palma eran Paranormales.
En calidad de visitantes, Paranormales inauguraron la noche con un tema instrumental protagonizado por los sintetizadores y en cuya progresión la guitarra se introducía de manera paulatina, preparándonos para lo que estaba por venir: aunque la gran sorpresa inicial fue descubrir que el trío es suplementado en directo por un baterista, a quien presentaron como Diogo. «Días que acaban» fue la canción escogida para abrir fuego tras esta introducción y solo entonces el grupo nos dedicó un cálido saludo, indicando que estaban cansados por el viaje desde Barcelona pero contentos por haber venido. «Normandía» fue el siguiente trallazo de pop épico regalado por la banda, rápidamente sucedido por el sencillo «Centinelas». Para este tema, Ana optó por concentrarse exclusivamente en la voz, ignorando el teclado y el sampler que tenía ante ella. Por su parte, Juan Carlos descartó el sintetizador en favor del bajo eléctrico para interpretar «Destrucciones y ficción» y «Canis lupus». Y mientras tanto, los límpidos tonos de guitarra de David —en ocasiones tan reminiscentes de The Cure como de New Order— urdían un minucioso entramado melódico que complementaba el apartado vocal sin invadir su espacio. La electrónica volvería a cobrar protagonismo con «Escribo tu nombre», una de las canciones más emotivas de una actuación en la que la grandilocuencia reservaba un lugar de privilegio para las emociones. Pero Paranormales reservaban para el final «Permanecer», una canción que sigue siendo el estandarte de la banda y que consigue hacer un buen resumen —aunque no exhaustivo— de sus intenciones estilísticas. En algo menos de una hora, Paranormales nos habían entregado las once canciones que componen Belona (Buen Día Records, 2017), si bien en un orden alternativo al recogido en el álbum y sin incluir temas nuevos. Pero Belona es un álbum joven al que aún le queda recorrido, especialmente ahora que sus progenitores han sido una de las bandas ganadoras de la novena edición de Girando por Salas.
Tras una larga pausa y ya al filo de las 23:00 los componentes de Trajano! salieron a escena, comenzando con una «Lobos» que emplean frecuentemente a modo de rompehielos. Tras esta primera salva, Lois Brea presentó al grupo, indicando de paso que habían olvidado el set list antes de proseguir con «Apártate». Al llegar a «Déjame entrar» el ambiente de cachondeo que reinaba sobre el escenario ya era más que manifiesto, con el jugueteo constante entre Carlos Mun y Álvaro Naive protagonizando la puesta en escena. Parecía que la música iba a quedar en segundo plano, aunque «Algebra opuesta» se reveló como una de las canciones más esperadas por el público. A su término, Carlos indicó que en lugar de contar «un, dos, tres, cuatro» para dar inicio al siguiente tema iba a chasquear la lengua cuatro veces. Por supuesto, la jugada no salió bien y la banda solo consiguió comenzar la genial «El último hombre» al segundo intento, tras un amago que naufragó rítmicamente. Con «Góngora» la banda pareció ganar en seriedad, aunque los astros se confabularon para que el bajo de Álvaro dejara de sonar momentáneamente. Un miembro del público reclamaba insistentemente «Las nieves del Kilimanjaro», a lo que Lois replicó que no estaba en el repertorio del día mientras daba paso a «Ave negra», otro de los temas estrella de Lázaro (Mushroom Pillow, 2018). Tras «Afilador» se produjo una pausa durante la cual los tres miembros de Trajano! hicieron corrillo para departir sobre algún tema ignoto, momento que fue aprovechado por el infatigable fan mencionado anteriormente para insistir al respecto de «Las nieves del Kilimanjaro», de nuevo sin éxito. «155» fue el tema que puso fin a la actuación, con la usual coda con saxofón —algo más atropellada que en otras ocasiones— a cargo de Lois. La banda se retiró del escenario, pero el público aún continuó pidiendo más hasta que un ligeramente tambaleante Carlos Mun emergió del camerino para comunicar que eso había sido todo. No ha sido el mejor concierto que he visto de Trajano!, si bien los madrileños se las arreglaron para resolver su actuación con solvencia.
Epílogo
En el exterior del Café La Palma al término del concierto de Trajano!
Transeúnte 1 Es que Lois estudio en mi escuela de jazz.
Transeúnte 2 ¡Pues estudió jazz de carallo!
