Seguimos analizando la letra pequeña del festival Tomavistas y estas son nuestras sugerencias para la jornada del sábado: Cala Vento, Las Odio y Alien Tango, tres propuestas que no te deberías perder.
Las Odio
Ágata Ahora (guitarra), Ali Holgado (batería), Paula JJ (voz y sintes) y Sonsoles Rodríguez (bajo) son Las Odio, cuarteto de riot grrrls nacido en el entorno del colectivo feminista Sisterhood y que, en apenas un año de vida, se ha convertido en un nombre que no falta nunca cuando se habla de la escena underground —infraunderground, dicen ellas— madrileña. Entre la prensa no hay acuerdo a la hora de definir su sonido: post-punk, pop, garage y rock son algunas de las etiquetas que les han puesto. Sí hay consenso, en cambio, cuando se habla de sus letras afiladas y certeras. Respecto a su directo, una palabra se repite insistentemente entre quienes las han visto en acción: adictivo. En 2017 publican su primer disco de título Futuras esposas.
Cala Vento
Hemos visto cosas crecer, pero solo algunas nos cortan la respiración. Con su debut, Cala Vento demostraron que son capaces de mucho con muy poco. Ahora regresan para volver a reunir el prodigio de lo infinitesimal con el don de la enormidad, gracias a un segundo disco que han decidido llamar Fruto panorama, extraña conjunción de consecuencia y estado. En este desfiladero de latidos compulsivos y acordes afilados, lo mismo retumban la euforia que las sombras. Con tantos versos ácidos y estribillos álgidos, Cala Vento nos empujan a corear sus secretos, a repetir sin remedio esas rimas de ironía relamida. Fruto panorama no es un disco conceptual, es un disparo certero en once ráfagas alucinadas. Aleix y Joan siguen haciendo canciones de sus contradicciones. Puedes escucharlos sentado desde el rincón menos iluminado de la pista de baile, o escalando triunfante a la orilla más encrespada de tu vida.
Alien Tango
Proveniente de las costas mediterráneas pero de exótico plumaje, el joven Alien Tango irrumpe como uno de los seres más refrescantes e inclasificables de la nueva psicodelia, tan bizarro como adaptado a las exigencias más sofisticadas del pop. Para la preparación de su EP debut, este kid orchestra futurista se encerró en distintas habitaciones en las que grabó con todo lo que tenía a mano, derritiendo un acordeón secular y un sitar de los 80 en un Mac o sampleando ruidos producidos con su propia carne entre ácidas melodías de sintes y guitarras. Tras este ambicioso proceso, su estreno en Supernatural Mango acaba brillando como un trabajo tremendamente armonioso y divertido que se podría resumir como una antología definitiva de las rarezas musicales del ser humano: desde el discosoul y el psych espacial hasta la música hindú y el spaghetti western pasados por el filtro de la Velvet o de contemporáneos como Foxygen.