Terry vs. Tori presenta Leap Day, lleno de guitarras jangle y voces dulces que nos recuerdan lo complicado de aceptarse a uno mismo.
El cuarteto sevillano Terry vs. Tori se consolidó durante la segunda mitad de 2016, cuando el guitarrista y compositor Manuel Jiménez decidió grabar una selección de sus canciones con la vocalista y guitarrista Erica Pender. El bajista Jose Prieto se unió al grupo justo antes de comenzar a grabar, movido por un interés común por el dream pop y las vibraciones surferas. Poco después, Rosa Ponce aportó al conjunto con su amplia experiencia a la batería, habiendo tocado con otras conocidas bandas como Tigres Leones.
Terry vs. Tori suena a dream pop de los años ochenta con evocadoras guitarras jangle. Su primer EP, Terry vs. Tori (autoeditado, 2016) llegó de la mano de Discos FUP, y fue grabado y masterizado por Cris Romero (Sundae, The Royal Landscaping Society) en los estudios Cherry Sounds. Este trabajo transporta al verano, la playa y la nostalgia vacacional.
Hace unos días sacaron segundo EP, Leap Day (autoeditado, 2017), también grabado en Cherry Sounds con Cris Romero y mezclado y masterizado en Sputnik grabaciones estelares por Jordi Gil. Si eres de los nostálgicos del formato, existe la posibilidad de adquirir el EP en formato cassette.
Dicho EP comienza con «High Tide», donde los primeros acordes de guitarras suenan a The Cure mientras que la presencia del bajo nos recuerda más a Interpol. Pero la dulce voz de Erica nos lleva por otros derroteros más dulces y luminosos. Ese es el sendero que seguiremos recorriendo en «Holiday Inn» y «Wapebearer» en la que nos hablan de miedos e inseguridades, temas que son recurrentes en este EP. Las deliciosas «Leap Day» y «Larusso» nos traen a la mente a los mejores Belle and Sebastian, pero aderezados con el jangle pop y dream pop marca de los sevillanos. Este nuevo trabajo lo estrenan conjuntamente con el sello Spirit Goth Records de Los Ángeles y presenta una evolución importante de su sonido hacia estructuras más complejas y letras que esta vez evocan la luz suave de otoño y las complicaciones de aceptarse a uno mismo.