Emergente de la Semana: Entrevista a Camellos

Emergente de la Semana: Entrevista a Camellos

Camellos llega cuando el calor más arrecia en la capital. En esta entrevista nos movemos por el suburbano desde la parada de Embajadores.

Según vosotros, ¿cuándo una banda deja de ser emergente? ¿Os incomoda ese adjetivo?
Lo bueno sería no dejar de ser emergente nunca, en tanto que nueva gente va disfrutando de tu música. Aquí, al parecer, se deja de serlo tras haberse relacionado tu nombre con ello. No es nada incómodo, al contrario: no entendemos la chorrada de relacionarlo con amateur. Por esa regla de tres, lo contrario sería algo «anticuado».

Intuimos que la dedicación a la música ocupará un espacio muy grande de vuestro tiempo. En vuestras relaciones laborales, diarias, personales…¿qué lleva consigo el ser músico?
Tener mucho menos tiempo para todo, caer en la frustración de vez en cuando también. Sin embargo, merece del todo la pena cuando ves que alguien apuesta por ti, ya que no podemos hacerlo de otra forma. Somos gente sin recursos (contactos, dinero, etc.), con lo que tenemos que compaginar la música con otras cosas y lidiar con mucha mierda, aunque nos fastidie.

¿Creéis que el modelo actual musical ayuda a las bandas emergentes? ¿En qué creéis que es necesario hacer (o no) cambios?
No sabemos qué es «el modelo actual», concretamente. Si es por la presencia constante y la gratuidad en la escucha y el lanzamiento, eso sí ayuda. Véase la gente que se graba, filma y sube a internet por su propia cuenta y riesgo, puro DIY. Eso está muy bien, claro. Si es por el hecho de que se grave todo lo musical, se ignore por completo desde arriba y se perpetúen mierdas de la sociedad en general (enchufes, facilidades a quien ya lo tiene fácil, clasismo), entonces no. No sabemos muy bien qué necesita cambios y qué no, pero este último punto sería urgente que desapareciese, en plan: «deja de quejarte de tanta corrupción y mamoneo si vas a acabar haciendo tú lo mismo, a pequeña escala». Trabajar duro y en solidaridad con el resto de bandas y artistas sería la suyo, además de exigir ya que haya más espacios y la posibilidad de bajar los precios en general. De esta forma, probablemente más gente acudiría a los conciertos a la gente que hace música se le remuneraría de forma más justa. Así, podríamos dedicarnos a esto totalmente.

¿Qué opinión tenéis de los festivales que inundan la programación?
Pues, aún a riesgo de que alguien lea esto y le parezca una crítica innecesaria, es bastante parecido a lo que hablábamos antes de «perpetuar males de la sociedad» en el mundo de la música. Por favor, que alguien explique cómo hay gente con discos o EP maravillosos que sigue luchando por sacar adelante pequeños conciertos y que apenas ve un festival o una gira, mientras las mismas bandas (grandes y medianas, ya que no todo es Izal) copan los festivales y giran, en ocasiones, sin tener apenas material subido. Están generando (¿o han generado?) una burbuja muy absurda; en ocasiones nos encontramos (como público, ya que nos encanta ir a conciertos, también) con que una sala está a la mitad de aforo para ver a «la última sensación».

Parece ser que en los próximos Presupuestos Generales del Estado se reducirá al 10 % el IVA de la música en directo, ¿qué suponen estas pequeñas victorias en el mundo emergente?
Se supone. Pero puede perfectamente ser una mierda populista para «quitarnos la razón» a tanta gente que, desde el mundo de la cultura, denunciamos sistemáticamente.

¿Cómo os preparáis para un concierto?
Bebemos moderadamente y llevamos muy ensayadas las canciones, de forma que nuestro derroche de energía y espontaneidad de margen a que quede todo natural, no agarrotado.

Para quien no os conozca, quienes sois, qué hacéis y cuál es vuestro animal favorito.
er, Jorge y Tommy y Frankie. Dos profesores de escuela, un ingeniero y un sociólogo. El ser humano.

Antes de empezar a hablar de vuestro primer disco, hablemos de Limbo Starr, vuestra nueva familia. ¿Cómo empezó todo? ¿Qué le supone a una banda como la vuestra este apadrinamiento?
La historia fue un poco «a la vieja usanza»: hablamos por correo electrónico con David, nuestro actual mánager, porque al sello le había gustado nuestro último EP. Quedamos, tomamos algo, demostramos lo fritos de la cabeza que ambas partes estamos y se habló de grabar algo. Lo demás ya se sabe, más o menos. Su ayuda («apadrina/amadrinamiento») está siendo muy agradable y natural; estamos moviendo el disco, Limbo Starr hacen muy guay la intermediación y son grandes consejeras/os. Fue una sorpresa genial, y todo son alegrías, más viniendo de un sello que no apuesta por el caballo que se ve ganador de antemano, sino que arriesga bastante.

Alguno de vosotros, tenéis otros proyectos en otras bandas. ¿Cómo hacéis para compaginar todas esas bandas y morir de sobredosis musical en el proceso?
¿Y no morir, queréis decir? Morimos a veces. Pero es agradable, y acabas creando una «mini-comunidad». Compartimos local (con Los Nastys), compartimos amigos (junto a gente de otras escenas, también, como el pop o el hardcore) y compartimos equipo. Todo nos enriquece y nos da un constante feedback.

Embajadores. Camellos. La portada. ¿El nombre del disco tiene miga o es mi visión malpensada?
Es tu visión. Nos gustan los dobles sentidos falsos.

Embajadores fue grabado en el estudio Brazil y producido por Javier Ortiz. ¿Cómo fue el proceso de creación y grabación?
Javier es un tipo peculiar, meticuloso y con su propio modus operandi, pero muy agradable y preciso, al mismo tiempo. Con pocos comentarios previos a entrar al estudio ya tenía una puesta en práctica muy certera de cómo podía ser que nos gustase el sonido de las canciones. Es un tipo seco pero con un humor muy de camellos, y es muy activo, lo que favoreció al «nervio» del disco. Grabamos en directo todo, salvo las voces, y a gran velocidad y mala hostia, aunque no por ello los temas tengan un tempo siempre acelerado.

Quince son los temas que componen el álbum, algunos de ellos recuperados de vuestros anteriores EP, como «Telmo y Luis». ¿Un guiño a vuestros hijos anteriores?
Los temas de los anteriores EP nos gustaban y, siendo nuestro debut en largo, queríamos dar una imagen global. Temas antiguos y nuevos están mezclados con un sentido en el disco, aunque (re)grabados todos en las mismas sesiones. Tocamos muchísimos conciertos en el año 2016, de ahí que fuera rodada la grabación.

La canción que se presentó como single fue «Siempre saludaba». Desde la letra hasta el título, asemeja a una presentación de lo que uno va a encontrarse en Embajadores.
Podría ser. Nos gusta que la gente se fije en las letras, ya que no están hechas «porque sí»; ya hay demasiada canción hablando de amor o de lo mal que se siente alguien. No nos parece mal, pero intentar acercar vivencias del día a día (surrealistas o no) en cada canción es nuestra manera de actuar y escribir, muchas veces.

Teniendo en cuenta la vida que el sarcasmo lleva en los últimos tiempos, ¿tenéis miedo de que vuestras letras lleguen a la censura?
Más miedo nos daría que la gente se las tomara a broma. Nos gusta sacar alguna sonrisa si alguien se ve reconocida en las imágenes que proyectamos, pero hay poca broma. Y si no te gusta, no lo escuches, es sencillo. No ofendemos a nadie que ya haya ofendido antes a la inteligencia.

Habitualmente se pregunta sobre las influencias musicales, pero debido a vuestro discurso (casi) nihilista y de autodestrucción del hombre moderno, quizás tenga más sentido preguntar por vuestras lecturas de cabecera actuales.
Leemos bastante, pero cada cual lo suyo. Los ambientes de R. L. Stine o la crítica de Steve Oedekerk y John Kennedy Toole son favoritos. Sin embargo, hay una lectura común, que es la prensa conservadora. Es bastante reveladora sobre el desparrame cerebral de mucha gente.

Atendiendo a vuestras letras, ¿la realidad siempre supera a la ficción?
Siempre, porque suele ser espontánea. La ficción está medida o soñada. La realidad es un montón de instintos sometidos a un vaivén de relaciones humanas y económicas, sobre todo en España. Realmente aquí hay mucha experiencia en lo de desmontar mitos y mostrar la cara más absurda del género humano. «Ángel Garó entró en 1992 en el Libro Guinness de los récords al haber doblado al castellano, él solo, los 32 personajes de la película Ferngully, las aventuras de Zak y Crysta, además de realizar la práctica totalidad de los efectos sonoros presentes en la cinta». ¿Joder, cómo te deja eso?

¿Qué fechas y planes tenéis en un futuro próximo?
Sólo podemos deciros que ya hay seis o siete fechas confirmadas tras el verano, tanto en casa como fuera. Y no sólo conciertos. Esto no puede parar; como bien se nota en el disco, sin «nervio» seríamos otra cosa. Como Taburete, pero sin querer arrancarte los ojos al verlos.

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