Escuchamos el cuarto EP de Los Garage, aunque entre este disco y el anterior se haya producido un cambio de nombre y la incorporación de un nuevo miembro.
Después de publicar tres EP como The Garage Players, esta banda de doble origen toledano y madrileño nos presenta su último trabajo bajo una nueva denominación. Pero a pesar de lo que pudiéramos deducir de la simplificación de su nombre a Los Garage, el grupo no ha afrontado una gran reconversión sonora y este nuevo apelativo parece nacer de la necesidad de poner de manifiesto la apuesta que siempre han hecho por el uso del castellano en sus letras, a pesar de la anglofonía que parecía anunciar su antigua denominación.
Así, este Dolores (Clifford Records, 2017) que tenemos hoy entre manos supone un paso más en la senda abordada por el grupo ya desde sus inicios, que serpea por los familiares territorios del garage —por supuesto— y del surf. La duración de las cuatro canciones contenidas en este brevísimo EP ronda los dos minutos, con el grupo huyendo de largos desarrollos instrumentales que aportarían bien poco a su propuesta y poniendo esta concisión al servicio de un aspecto lírico igualmente directo y sin ambages.
Pero a pesar de toda la inmutabilidad que queramos atribuir a una banda que hace del garage su principal seña de identidad, Dolores ha introducido cambios en sus parámetros sonoros. El fichaje de Carlos Núñez —también componente de No Crafts— como teclista añade una nueva dimensión melódica que no desentona en absoluto con la crudeza guitarrera del grupo. Con unos teclados más orgánicos que sintéticos, una canción como «Contacto» es quizá la que mejor ejemplifica esta nueva faceta, además de mencionar en su letra a la Dolores que le presta su nombre a este EP. Antes que empujar a Los Garage en direcciones del todo inesperadas, los teclados vienen a subrayar características ya existentes en el sonido del grupo al tiempo que lo dotan de una capa adicional de complejidad de la que no puede sino beneficiarse.
Los Garage presentarán su Dolores en directo el próximo viernes 20 de octubre en la sala Wurlitzer Ballroom de Madrid en compañía de No Fucks y Los Ramblings. Puedes adquirir tu entrada aquí.