Alejandro Guillán era Alex Casanova. Ahora es Baiuca. Folktronica, dicen. Él comenta que sus amigos más jóvenes pasan del folk. Y se ha propuesto reinventar el sonido de las panderetas a golpe de sintetizador.
En primer lugar, ¿por qué ese nombre?
Baiuca en gallego es una taberna y es el lugar donde nací. Yo nací en Catoira (Pontevedra) y Baiuca es como una zona pequeña de una de las parroquias. En algún momento había una taberna allí y ya le quedó el nombre. Creo que casa muy bien y quería que fuera un poco un homenaje a mis raíces.
Este proyecto no tiene nada que ver con lo que hacías antes como Alex Casanova. ¿Cómo surge? ¿Lo tuviste siempre en mente?
Llevo con la idea como desde hace diez años. Porque quería juntar lo que era una parte de mi vida que era la gaita, que estuve tocando desde los siete hasta los quince años y había abandonado un poco, con algo más pop, más electrónico… La verdad es que nunca lo había conseguido, aunque lo había intentado en alguna ocasión, hasta que ahora di con la tecla. Creo que es algo novedoso, creo que no hay nada así en Galicia, ni en España. Sí hay cosas en Latinoamérica, proyectos como Nicolas Jaar que mezclaron el folklore, da igual que sea de Galicia o de donde sea.
Algo parecido se ha hecho con cumbia, ¿no?
Sí. Porque la cumbia tiene unos ritmos similares.
A mí me parece que funciona y que en Galicia será muy bien acogido, pero, ¿cómo crees que puede ser recibido fuera?
El proyecto lo estrenamos ahora en marzo, tenemos varias fechas ya confirmadas, y creo que como dices en Galicia va a gustar por los sentimientos y la cercanía que traslada. La gente de Galicia que lo ha escuchado, alguna aquí en Madrid, siente un poco de morriña. Fuera está por ver, pero espero que guste.
La primera fecha de hecho es en Cataluña [estará en Lleida en el MUD 2018].
Sí, y luego estaremos en Santiago en el Melona Fest. Vamos a tocar en Madrid, también [en Sound Isidro].
En directo voy a llevar una caja de ritmos, un sintetizador, un sampler… Y también tocaré la flauta, la ocarina, conchas, panderetas…
¿Y cómo lo vas a hacer en directo? Porque el concepto es muy visual, acompañado de vídeos muy plásticos.
La idea es proyectar los videos. Yo voy a llevar una caja de ritmos, un sintetizador, un sampler… Voy a hacer eso, mucho sampler, tocaré la flauta, la ocarina, tengo pensado llevar conchas, panderetas… Incluso hay temas que hemos grabado con algunas pandereteras y me gustaría que se pudieran sumar alguna vez. Todo lo que sea sumar al proyecto.
Adrián Canoura [el creador de los videos que acompañan a temas como «Camiños», «Solaina», «Faiado» y «Ribeiro»] es de Burela (Lugo). ¿De dónde viene vuestra conexión?
Sí, él es de Burela. Nos conocemos hace dos o tres años de vivir en Santiago. Él forma parte de Nistra, que es otro grupo gallego. A través de un chico que se llama Anxo lo conocía. Además como él está también muy ligado todo lo que hace a Galicia… La forma que tiene de entender el arte casaba muy bien. Él me enviaba propuestas y a mí me encantaban.
Explícame qué es eso de Crispis y Raso.
Crispis era un sello y una editorial. Raso es como el Crispis 2.0, pensado para ampliar el espectro a más actividades, promoción de más cosas. Yo ya no estoy, pero los artistas seguimos siendo los mismos [junto a él están Nistra, Javi Pretty y Sen Senra].
Cuéntame del disco nuevo, ¿para cuándo lo tienes listo?
Lo he acabado ya estos días [saldrá en marzo]. Yo creo que va a ser como un tratado de lo que yo quiero hacer. De cada canción, digamos, podría salir un cedé. Una es más dulce, otra como más salvaje, con el sonido de las pandereteras, otra más de club, una es más tranquila pero para bailar… Son nueve temas.
¿Cómo eliges la base folklorica, la canción tradicional?
Lo que hago es partir del sonido de las panderetas, las conchas… Me quedo con esos ritmos. Pero tampoco tengo una forma clara de componer.
¿Músicos de referencia en este ámbito?
Siempre me ha gustado mucho Carlos Núñez, Luar na Lubre, Milladoiro… Los míticos. Pero al final lo llevamos un poco a otro campo. Mi objetivo era darle la vuelta al folk tradicional, que siempre tiene mucho de sonido de Irlanda, de Dublin, de repetición… Tengo amigos de 19 años que me dicen: «yo es que folk la verdad es que no es algo que escuche, pero la verdad es que escucho Baiuca…».