Relatamos la última de las misas negras oficiadas en Madrid por la promotora Indypendientes, protagonizada por Winter Severity Index y Belgrado.
Fotografía: Eva Sanabria
El pasado sabado 9 de junio nos dirigimos una vez más al Trashcan Music Club, una sala de modesto tamaño que no frecuento tanto como merecería por su decente sonido e interesante programación. Iba vestido para la ocasión con la menos grisácea y descolorida de mis camisetas negras, pero no estaba preparado para la horda de siniestros con uniformes de gran gala que hacían cola para entrar al recinto, como si se tratara del Dark Hole en sus mejores tiempos.
Con la sala repleta, Belgrado dio comienzo a su actuación. Este cuarteto afincado en Barcelona practica una variante de post-punk afín al sonido de bandas como Killing Joke, con un apartado vocal procedente de la escuela fundada por Siouxsie Sioux y cuya estela han seguido grupos como Xmal Deutschland, con los cuales Belgrado también comparte similares coordenadas sonoras. El concierto de la banda puso el acento en el material contenido en Obraz (La Vida Es Un Mus, 2016) hasta tal punto que se permitieron prescindir de «Jeszcze Raz», ese hit soterrado procedente de su primer trabajo, Siglo XXI (La Vida Es Un Mus, 2015). Canciones como «1000 Spektakli» y «Wiatr» fueron las responsables de que la propuesta de la banda —algo desdibujada en los momentos más desprovistos de melodía— ganara en definición e interés, ofreciendo además un tema nuevo hacia la mitad de su actuación y finalizando con la vocalista Patrycja Proniewska invitando a los allí congregados a bailar con «Fragmenty Świata» y «Automatyczny Świat», últimas canciones de su primer y segundo álbum respectivamente y que hicieron las veces de doble cierre. De este modo se puso fin a un concierto que, a pesar de contar con un apartado sonoro protagonizado tal vez en exceso por el delay de voz y guitarra —por no mencionar la cósmica reverb en la caja de la batería—, consiguió no perderse entre sus propios ecos.
Tras un interludio provisto de una banda sonora a cargo de clásicos del rock gótico, llego el momento de que las italianas Winter Severity Index salieran a escena, con Alessandra Romeo refugiándose tras un pequeño sintetizador y Simona Ferrucci blandiendo una guitarra de aspecto retro, contando como de costumbre con la colaboración de Giovanni Stax, quien se hizo cargo del bajo previamente empleado por Renzo Narváez durante la actuación de Belgrado. La introducción instrumental fue sucedida por un escueto saludo en castellano y Winter Severity Index procedió entonces a recorrer un repertorio formado por canciones extraidas tanto de Human Taxonomy (Manic Depression, 2016) como de Slanting Ray (BloodRock Records, 2014), del que recientemente se ha publicado una nueva edición corregida y aumentada. Algunos de los detalles accesorios de la actuación llamaron la atención por lo rudimentario de su puesta en práctica, en especial la precariedad del sistema de proyecciones empleado o que las percusiones programadas estuvieran dispuestas en una lista de reproducción continua en lugar de ser disparadas por alguno de los componentes de la banda, de tal modo que cuando terminaba un tema se generaba un pequeño tiempo muerto hasta el inicio del siguiente. Con todo, canciones como «A Sudden Cold», «Waiting Room», y «Winter Taught Me Silence» —incluida en el recopilatorio Katabasis (BloodRock Records, 2017)— sonaron excepcionalmente bien gracias a la guitarra de Simona y la insuficientemente alabada labor de Giovanni a las cuatro cuerdas, que consiguieron que la actuación ofreciera mucho más que gélidas atmósferas.
Con este programa doble ha terminado la programación de Indypendientes para la presente temporada, aunque esta promotora madrileña ya ha anunciado algunos de los eventos de su agenda para un otoño que se adivina tenebroso.