Aunque este lunes ya os presentamos de manera oficiosa el nuevo EP de Perro Amigo, hoy es el gran día: ha llegado Jaleíto!
Fotografía: Marta García
El cuarteto madrileño Perro Amigo acaba de publicar Jaleíto! (autoeditado, 2018), que se convierte así en su tercer EP. La banda había expresado anteriormente su intención de grabar un álbum, si bien por el momento han continuado decantándose por un formato más breve que ya conocen sobradamente. Pero esto no quiere decir que Perro Amigo no esté lo bastante maduro para proyectos teóricamente más ambiciosos y, a tenor de lo visto recientemente en directo, un álbum no les habría ido grande.
Sea como fuere, finalmente el grupo se ha decantado por continuar cultivando este formato de EP por el que siento no poca debilidad y que suele ser una buena manera de capturar el estado de forma de una banda en un momento concreto de su trayectoria, ofreciendo algo más en lo que hincar el diente que un single y sin la falta de concreción que a veces puede suponer un álbum. El título finalmente escogido para este trabajo ha sido Jaleíto!, mantenido en celoso secreto hasta casi instantes antes de su aparición.
En Jaleíto! vamos a encontrar una nueva dosis del sonido al que la banda se refiere jocosamente como jaleíto surf. Haciendo una analogía con el cine o la literatura, Perro Amigo es lo que podríamos denominar un grupo «de género», que emplea las convenciones del surf como su seña de identidad y principal vía de expresión. Pero ello no quiere decir que el sonido de la banda sea unidireccional, monocorde o, menos aún, aburrido. Así, tras el siempre interesante atrevimiento que es abrir un disco con un tema instrumental —por más que esta «Rola #1» no sea un simple aperitivo—, la intención de Perro Amigo con este nuevo disco queda patente en «Haunter». En sus poco más de dos minutos la banda muestra un arsenal estilístico que incluye los fraseos graves de guitarra propios de las bandas sonoras del spaghetti western junto a un uso nada comedido de la palanca de vibrato, un bajo de sonido agradablemente saturado y una interpretación vocal con propensión al aullido lobuno. El resto del EP abunda en estos aspectos sonoros, incluyendo una notable vis pop, o más bien punk, que hace que las canciones vayan al grano sin perderse en devaneos instrumentales excesivos —salvo por la obvia «Rola #1»– y sin que apenas excedan los dos minutos de duración, con la excepción de la ya conocida «Loser». Con su sonoridad rock y su referencia a Mijaíl Bulgákov en el título, «Lingotes de oro/Nikanor Ivánovich» es probablemente mi tema preferido del EP, pese a que quizá sea el menos representativo de este. En todo caso, Jaleíto! queda configurado como un trabajo de una naturaleza extremadamente directa, que refleja tanto el trabajo de producción llevado a cabo por Ángel Kaplan como su proceso de grabación en Estudio Uno, y que ha asentado la propuesta de la banda en el terreno en el que mejor se mueven: no sería extraño poder escuchar su primer trabajo de larga duración en un futuro no muy lejano.