Recién llegados desde Alemania, el pasado fin de semana los australianos Musketeer y Moondyne ofrecieron una doble sesión acústica en Madrid.
Aunque llevo meses quejándome de la escasez de música en directo durante este verano —al menos fuera de la órbita festivalera—, lo cierto es que la escasez no ha sido aún mayor gracias a las pequeñas promotoras. La última en sumarse a este selecto grupo de valientes melómanos ha sido Coney Island Management, que el pasado sábado 18 de agosto nos trajo a los australianos Joseph Pogson y Edward Hughson —bajo sus respectivos alias de Musketeer y Moondyne— desde la portuaria Hamburgo donde ambos músicos han fijado su residencia hasta la mesetaria Madrid.
Como podemos apreciar en el EP Moondyne (autoeditado, 2018), la de Edward Hughson es una propuesta acústica por diseño, protagonizada exclusivamente por su voz y su guitarra, además de la participación ocasional de un piano. Sobre el escenario del madrileño Fotomatón Bar, Hughson ofreció un paseo por un repertorio no limitado a las canciones de este EP y que se prolongó durante casi tres cuartos de hora. El músico australiano contó con su guitarra acústica como única compañía, a excepción de un tema en el que su paisano Pogson lo acompañó con la armónica. Y para el final, el músico australiano se reservó «Chasing the Light», la canción que abre Moondyne y que requirió una intensidad vocal mucho mayor que la ofrecida durante el grueso de su actuación, tan contenida y mesurada como preciosista.
Joseph Pogson subió entonces al escenario, presentándose como el adalid de la banda Musketeer e invitándonos a que nos dirigiéramos a él como Musk o incluso Joe. Acto seguido comenzó una actuación que en teoría habría podido ser muy similar a la de su compatriota, pero que en la práctica no pudo ser más diferente pese a que ambos cantantes habían acudido con poco más que su guitarra en ristre. La propuesta de Musketeer no está concebida como un affaire meramente acústico y en su EP Seven Long Years (autoeditado, 2018) podemos escuchar una banda completa, con profusión de arreglos de múltiples instrumentos. Pogson trató de traducir esta intención a un formato acústico y, donde Hughson había acompañado su susurrante voz con delicados arpegios de guitarra, el lider de Musketeer optó por combinar momentos más íntimos con otros en los que rasgueaba enérgicamente su instrumento. La intensidad de su interpretación no hizo sino beneficiarse de estos contrastes dinámicos, que permitieron que la expresiva voz de Pogson brillara en los registros sosegados y en los más explosivos. Y en un Fotomatón tan respetuoso con su música que hasta las transacciones cerveceras en la barra tenían lugar sottovoce, Pogson se atrevió a descender del escenario para sorprendernos con una potencia vocal que por un momento me hizo pensar que los micrófonos son cosa de gente débil.
La pequeña gira española de Musketeer y Moondyne llegará a su fin este viernes 24 de agosto con su concierto en el New Fizz de Barcelona. Las entradas están disponibles a través de Atrápalo.