Hoy estrenamos en exclusiva el último videoclip de Monstruopicales: «San Paul Gascoigne», o de cómo un mal ejemplo es más útil que lo perfecto.
Según dicen por la redacción, soy la experta en fútbol del equipo. Quizás por mis listas dedicadas a la relación entre música y balompié, quizás por mi calendario de eventos deportivos y mis equipos de la Liga Biwenger de As. Y, también quizás por ello, soy quien os presentará en exclusiva el último videoclip de Monstruopicales, «San Paul Gascoigne».
Gazza nunca fue de medias tintas. O lo amabas o lo odiabas. El 8 del Newcastle y de los Spurs siempre peleó tanto fuera como dentro del campo. Fuera se quiso batir con el alcohol y dentro del terreno de juego con todo aquel centrocampista que quisiera superar el medio campo. Tanto que el karma se le presentó en la final de 1991 de la FA Cup cuando se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha tras intentar realizarle una dura entrada a un jugador del Nottingham Forest. Años después, tras su retirada sus problemas externos al fútbol empeoraron y protagonizó diversos episodios junto al alcoholismo y las drogas. Unos excesos que le llevarían a diversos tratamientos médicos (psiquiátricos).
Si teniendo tan buenos modelos de conducta nos va tan mal, a lo mejor un mal modelo de conducta que muestre al mundo todas y cada una de sus taras, es decir, un humano; a lo mejor así nos puede ir mejor.
«San Paul Gascoigne» está dedicado al mediocentro inglés, pero lejos de santificar su figura, lo coloca como modelo negativo del que desvincularse. Ese reflejo que no queremos que nos devuelva el espejo y que, actualmente, se oculta en la sociedad. Monstruopicales añaden que «Paul puede que sea un poco mierdas, pero por lo menos no lo ocultaba, la honestidad es muy de agradecer». Mientras en el videoclip, realizado por Noelia Cuevas, la pachanga la juegan Joaquín en la época de la Fiorentina, jugadores sin dorsal de Barça y Rayo Vallecano y un cuarto en discordia de zamarra blanquinegra, el partido real se juega en esa letra en la que se pone en evidencia la problemática de los modelos de conducta de la sociedad actual (aka influencers), esos seres perfectos que hacen que todos aspiremos a esa perfección y resultemos más locos, deprimidos y solitarios que en épocas ajenas a las redes sociales. Como bien indican Monstruopicales, «si teniendo tan buenos modelos de conducta nos va tan mal, a lo mejor un mal modelo de conducta que muestre al mundo todas y cada una de sus taras, es decir, un humano; a lo mejor así nos puede ir mejor». Gascoigne no era el mejor jugador de la historia, pero igual que en la Premier no se practica el fútbol más estético, ambos resultan los más sinceros.
De música no sé, pero de fútbol poquita idea si lo mejor que dices de Gazza es que pelea con «todo aquel centrocampista que quisiera superar el medio campo». Jugaba en la media punta y técnicamente era exquisito, como podrías comprobar viendo su gol con Inglaterra contra Escocia en la euro. No fue el mejor jugador de la historia, cierto, pero no fue uno de los mejores por sus problemas de sobrepeso, con las drogas y el alcohol. Es uno de los jugadores ingleses de la historia con más clase que se recuerdan, no puedo aceptar que se le recuerde como un medio centro defensivo que repartía estopa. Lo siento.
Muy bien, pero ni la canción ni el texto escrito sobre ella pretenden ser un estudio sobre este deportista: ni siquiera tratan de fútbol más que de manera tangencial.