Hemos investigado lo que acechaba tras La grieta y el debut de Leon Impala nos ha sabido a poco, aunque solo en el sentido más literal del término.
Leon Impala consiguió llamar mi atención mucho antes de la publicación de su primer trabajo, con motivo de su actuación en la fiesta de presentación de la discográfica Error 404. No era la gran noche de Leon Impala sino de esta discográfica de nueva creación, que daba así un sonoro puñetazo sobre la mesa a través de los cuatro proyectos musicales que en aquel momento incluía su catálogo.
La propuesta de Leon Impala era la que me inspiraba más curiosidad, incluso antes de que el dúo formado por los actores Diana Palazón y Chema León subiera al escenario. Por si la pedalera de este último no fuera lo bastante mastodóntica, estaba sincronizada con un ordenador y una pizca de maldad me hizo pensar en lo difícil que sería localizar cualquier problema en un sistema tan complejo… como inevitablemente ocurrió. El inicio de su actuación tuvo que retrasarse unos quince minutos mientras se rastreaba el puñetero cable desenchufado —o lo que fuera—, aunque la espera mereció la pena en terminos sonoros.
Leon Impala se autodefinen como post-rock, dejando clara la importancia capital que la elaboración de ambientes tiene para ellos. Este diseño de sonido se lleva a cabo principalmente a través del sintetizador de Diana y la guitarra de Chema, con el resto de elementos —voces incluidas— ocupando roles secundarios. Pero la inmensa pedalera de este último no solo sirvió para demostrar la importancia del diseño sonoro en la propuesta del dúo, sino su voluntad de hacer las cosas a lo grande. Por ello sorprende que La grieta (Error 404, 2018) haya sido un EP y no un álbum.
Con todo, La grieta resulta un EP algo rácano en sus contenidos. No obstante, la excelente canción que le da título no solo tiene interés atmosférico, sino que aporta una dosis de melodías mayor que la más rockera «Los corzos». El disco también contiene una reinterpretación en clave pop de la clásica «Je t’aime… moi non plus» de Serge Gainsbourg, con una versión extendida de «La grieta» siendo el tema escogido como colofón, añadiendo un mayor desarrollo del paisaje sonoro apenas esbozado en la original. La relevancia de las voces dentro de una propuesta de estas características es debatible, si bien tanto la cualidad acariciadora de la voz de Chema —la más protagónica de las dos— como el registro más agudo de Diana resultan de interés y contribuyen a terminar de dar color a una propuesta donde el apartado instrumental goza de mayor prominencia que los textos declamados. Leon Impala se configura así como un proyecto en el que no solo la intención musical muestra un toque muy personal y cuidado, sino que todos sus elementos accesorios tambien han sido tratados con mimo y del que aguardamos poder escuchar futuros trabajos.
Leon Impala presentará La grieta en directo el 6 de marzo en la sala El Sol de Madrid: las entradas están disponibles a través de Wegow.