Lanzadera #17: Entrevista a Chicharrón

Lanzadera #17: Entrevista a Chicharrón

Nos despedimos de Chicharrón hablando con Rubén Domínguez y Alberto Martínez Vecino, dos tercios de la actual encarnación de la banda.

Fotografía: Mar Catarina

Para quien no os conozca, contadnos qué es exactamente Chicharrón y cuál es vuestra comida preferido.
Rubén Chicharrón es la continuación de un proyecto experimental que iniciaron en su día Alberto Gende y Alberto Martínez Vecino y que, en lo humano y lo musical, ha sufrido varias transformaciones a lo largo de los años. Los lugares desde donde creamos son Carballo —un pueblo de la provincia de A Coruña, aunque yo soy de Ogrobe (Pontevedra)— y Santiago de Compostela. Acabamos de editar Cancións clínicas [Prenom, 2018], nuestro tercer álbum y mi comida favorita es la ensalada en sus múltiples variantes.

Vuestro tercer álbum se ha hecho esperar. ¿Qué habéis hecho durante los dos años y medio transcurridos entre la publicación de Postal [Prenom, 2016] y la llegada de Cancións clínicas?
Rubén Sinceramente, no nos podemos quejar mucho de la capacidad compositiva de Alberto. Hemos publicado tres discos en cuatro años, además de dos sencillos. Quizás lo vertiginoso del momento histórico que vivimos sobredimensiona las pausas, pero un disco, o por lo menos como lo sentimos nosotros, tiene unas causas y unas consecuencias y no siempre van de la mano con los ritmos de la actualidad. También es cierto que en nuestro caso funcionamos como una especie de géiser. Nunca sabes cuándo va a emanar. A principios del año pasado parecía que no habría un nuevo disco de Chicharrón y en agosto todo cambió.

Nunca los anunciasteis como tales, pero en su momento dimos por hecho que «Contra acantilados» y «Na cela» eran adelantos de un próximo álbum. ¿Cuál ha sido la causa de que finalmente no las incluyerais en Cancións clínicas?
Rubén Pienso que en ese aspecto Alberto es un artista muy meticuloso y para cada composición tiene pensado un contenedor apropiado. Tanto «Contra acantilados» como «Na cela» funcionaban como elementos únicos, como piezas que debían estar insertas en la imagen y universo de creadores que admiramos, como es el caso de Alfonso Zarauza y Mar Catarina. Su lugar era singular y en forma de videoclip. De una forma un poco más terrenal e intentando acercarlas a Cancións clínicas, «Contra acantilados» fue nuestra primera grabación en el estudio Terraforma de Ibán Pérez que, posteriormente, ha sido el lugar en donde grabamos el disco. En «Na cela» empezamos a trabajar con la presencia de rítmica programada además de sintetizadores, elementos muy presentes en el nuevo disco.

Cuando Alberto me enseñó las letras de las canciones y el boceto melódico de los temas, supe al momento que aquellas imágenes necesitaban intensidad y caverna.

La tendencia a la melancolía es algo que ya se adivinaba desde vuestros orígenes, pero en el sonido de este nuevo trabajo vemos muchos ribetes tenebrosos. ¿Habéis tratado de oscureceros de manera consciente?
Rubén Cuando Alberto me enseñó las letras de las canciones y el boceto melódico de los temas, supe al momento que aquellas imágenes necesitaban intensidad y caverna. No pensamos los discos como «hala, a ver que giro estilístico damos para no repetirnos» sino como estructuras con significado. Por lo tanto, el espacio que contuviese la voz y los textos de Alberto y Mara debía ser acorde. Los sintetizadores de cuerdas que hemos utilizado en el disco son elementos expresivos que hilan todo el discurso, lo apuntalan y lo resquebrajan por momentos. En el apartado de la rítmica, siempre me ha interesado deshumanizarla y que sonara lo más autómata posible, industrial casi, por eso, muchos de los temas están grabados por elementos y no con una batería tocando todo al mismo tiempo. En ese sentido tengo que agradecerle a Ibán Pérez —ingeniero de sonido del disco— que se prestara a tocar la batería, porque lo que le pedía chocaba diametralmente con su forma de hacerlo.

Sin embargo, Cancións clínicas ha consolidado vuestro avance hacia un sonido de inspiración primariamente dream pop, alejándoos así de un primer álbum convertido casi en rareza por su carácter acústico y letras en castellano. ¿Os sentís cómodos con el espacio sonoro que ocupáis actualmente?
Rubén En Cancións clínicas creo que hemos encontrado algo que buscábamos desde el principio. Nos hemos ido revolviendo con los anteriores y en este están más definidos los vectores que compartimos: hay intensidad post-punk, dream pop, pop electrónico, crudeza y fragilidad. Al menos yo lo siento así.

¿Qué motivó el paso del castellano al gallego?
Alberto La mayoría de canciones del primer disco de Chicharrón iban a formar parte del tercer disco de Franc3s, tenía la necesidad de sacar ese disco porque estaba dedicado a Alberto Gende. Después, cuando decidimos darle continuidad al proyecto, nos pasamos al gallego básicamente por tres razones:
La primera es que entre nosotros hablamos en gallego, así que no tenía mucho sentido hablar en gallego y cantar en castellano.
La segunda es por compromiso con la cultura gallega. Galicia, como muchas comunidades del mundo, tiene una cultura propia, pero además tiene algo por lo que muchas de esas comunidades darían lo que fuera, que es una lengua propia. Si dejamos que muera esa lengua, no podemos decir que amamos la cultura.
Y la tercera es porque el gallego es una lengua preciosa.

Hace un par de años nos quedamos con las ganas de veros actuar en Madrid. ¿Vuestros planes para 2019 incluyen algún concierto fuera de Galicia?
Rubén Esperamos y deseamos que sí. Las tres veces anteriores que hemos tocado en Madrid nos lo hemos pasado genial. Tanto Raúl Querido, artífice de dos de los conciertos, como Indypendientes, que nos llevaron al festival Madrid es Ruido, se portaron estupendamente y nos dejaron muy buen sabor de boca.

La Xunta de Galicia del PP está desarrollando políticas sectarias orientando el dinero público de forma bastante gris hacia determinados actores dentro del sector festivalero.

Parece haber un cierto consenso sobre la buena salud de la escena musical gallega. ¿Cuál es vuestra opinión sobre las políticas culturales llevadas a cabo desde las administraciones públicas?
Rubén La Xunta de Galicia del PP a través de la Consellería da Cultura, el AGADIC y otras agencias y departamentos está desarrollando políticas sectarias, orientando el dinero público de forma bastante gris hacia determinados actores dentro del sector festivalero, que organizan macroeventos resultones mediáticamente, pero ausentes de contenido y que tampoco crean tejido. Este cortoplacismo interesado no ayuda a consolidar ningún tipo de escenario favorable para el florecimiento de la cultura musical transversal, desde el rural, las «vilas», para llegar a lo urbano. Por supuesto, la profesionalización del sector —desde la perspectiva de los músicos y músicas— es prácticamente nula y el atraso en las redes de comunicación con la meseta, el Cantábrico y Portugal lastra el radio de actuación que puede desenvolver una banda emergente. Hablando de radios, la Corporación Radio e Televisión de Galicia tampoco apuesta por la cultura, aunque eso forme parte de sus Estatutos. En la Televisión de Galicia no existe ningún programa estrictamente musical y tan solo un magazín de 25 minutos diarios para todas las artes. Si lo comparamos con el tiempo que se le dedica al fútbol semanalmente, no dan las cuentas. En la Radio Galega tenemos honrosas excepciones como el programa que conduce la periodista Xiana Arias, pero el objetivo desde las altas esferas de la Xunta es el de ningunear y acorralar las formas de cultura combativas con sus políticas de etnocidio.
Por otra parte, encuentro algo de esperanza en lo que se está haciendo desde la Diputación da Coruña, con iniciativas tendentes a visibilizar las músicas emergentes, el papel de las mujeres en la industria musical y otros proyectos que sí creo que van en la buena dirección.

¿Cuál pensáis que es la causa de que un buen número de grupos gallegos pongan el acento en lo atmosférico?
Rubén Te diría que el clima pero, últimamente no llueve mucho. Pero, bueno, si te levantas un día supertemprano, te vas al Monte Pindo, lo subes y miras, supongo que eso te tiene que llevar muy lejos en lo que hay de paisajístico en lo sonoro.

Por último, recomendadnos algún grupo de vuestro entorno que juzguéis merecedor de mayor atención.
Rubén Esposa, Atrás Tigre, Contenedor de Mierda, Ocre, Gancho Sanches, Peña y Diola, que deberían reinar planetariamente.

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