La música se presenta en muchas formas y desde Intrépida quieren disfrutar y difundir todas ellas. Álvaro Madrigal, uno de sus fundadores, nos ha contado cómo se vive tras los focos el panorama actual emergente.
En primer lugar, háblanos de ti. ¿Quién es Álvaro Madrigal?
Si algo me definiese es ser una persona inquieta o al menos es lo que siempre me dicen. Puedo empezar a estudiar Informática, graduarme en Ciencias Políticas, especializarme en la comunicación y estar siempre pegado a una cámara, para juntarlo y luchar por trabajar en el sector cultural. De hecho, Intrépida es el resultado y fiel reflejo de esa inquietud.
¿Cuál es tu relación con la música?
Todos los momentos de mi vida, sean buenos o malos, podrían contarse con la música que los acompañaba. Desde los viajes en coche con El Último de la Fila a mi adolescencia con Estopa o Pereza. Pero tengo que decir que es en la última etapa, un año antes de crear Intrépida, donde la música ha invadido por completo mi día a día, con mucha más variedad y apuesta por los grupos emergentes. De hecho, esos meses previos fueron los que me animaron a dejar el trabajo y crear una plataforma relacionada con la cultura, convirtiéndolo en mi trabajo.
Como programador de acústicos, ¿crees que el público va creciendo en los conciertos emergentes o sigue repartiéndose el bote entre «los mismos de siempre»?
Realmente no soy el programador de nuestras sesiones. El mérito de haber sacado adelante los acústicos matinales se lo debemos a nuestra compañera Alicia, gestora cultural de la plataforma Intrépida. El 19 de mayo iremos por la novena sesión Acoustic-Art y tenemos que decir que estamos muy contentos con la acogida del público. La escena emergente sigue creciendo, hay más posibilidad de escuchar nuevas propuestas y más medios para difundir la música, pero creo que mentiría si no dijera que aún falta un empuje para que no sean solo unas pocas bandas las que den el salto.
Por ahora, la gran parte del bote sigue siendo de los mismos de siempre y hay que trabajar mucho para conseguir corregir esa tendencia, porque perdemos por el camino muchas grandes bandas que se quedan en la barrera de los y las emergentes. En cierto modo, la falta de concienciación de la sociedad en torno a la profesión artística es la que genera este bloqueo, pero sin duda esto viene de otras necesidades como nuevas legislaciones, apoyo institucional, nuevos modelos de consumo, etc. Aún así, en estos últimos años me he dado cuenta que existe otro condicionante, que depende directamente de los propios grupos y programadores. Es necesario comenzar a luchar y exigir por unas condiciones justas para las bandas, no deberíamos seguir tolerando la visibilidad como medio de pago mientras quien te dice eso se lleva una buena cantidad de ingresos de patrocinadores, entradas, etc. Para conseguir esto, debería haber una relación más cordial entre todos los y las protagonistas de la escena musical (grupos, salas, agencias, medios, programadores/as…), caminar juntos y no ponernos palos en las ruedas entre todos. Y no es algo utópico o complicado, en otras ciudades se ha trabajado para eliminar esta competencia insana y ahora son referentes musicales del país. ¡Este debate da para muchas cervezas!
Los ocho de Álvaro Madrigal
- Vetusta Morla – «Saharabbey Road»
Aquí voy con trampa. Ahora mismo de emergentes tienen poco, pero parafraseando a los puretas: yo los escuchaba cuando no eran nadie. Durante varios años milité activamente en política y uno de mis compañeros empezó a mostrarme música que yo obviaba y «Saharabbey Road» fue la que más me marcó. Sin duda Vetusta Morla fue el germen del camino que he realizado hasta llegar donde estoy. - Repion – «Los noventa»
Un himno dedicado para los y las que nacimos en los años noventa. - Sienna – «Los insensatos»
Cuando dejé el trabajo que tenía para crear Intrépida, uno de los adjetivos que más me repitieron fue insensato y al poco tiempo conocí a Sienna por recomendación de una amiga. Al poco tiempo pude conocerlo en Valencia y grabar esta canción en acústico con la Ciutat de les Arts i les Ciències de fondo. Siempre he pensado que un artista es mucho más que buenas letras o buena voz, la humildad y la constancia deben ser cualidades imprescindibles. Por eso escuchar o encontrarse con Sienna siempre es un placer. - Gole Yaika – «El Camino (1959)»
Acaban de lanzar Divina Comedia (autoeditado, 2019), su primer LP, y llevo ya dos semanas en bucle. Ha coincidido con unos días de muchas cuestas y esta canción ha conseguido superarlas. - Gimnástica – «Paracaidismo»
De todos los momentos y conciertos en festivales me quedo con uno de Gimnástica. Justo antes de tocar en el Festival de los Sentidos la lluvia inundó el escenario. Por motivos de seguridad no podían tocar, así que se bajaron a la pista con un par de guitarras y un tambor para dar el concierto en acústico. La organización se portó y a pesar del retraso, una vez solucionados los problemas, pudimos escucharlos también en eléctrico. - Penny Necklace – «Rojo»
En el pasado me habría negado a escuchar cierta música que se saliese de mi zona de confort y ahora me planteo la de canciones que me he perdido por cerrarnos siempre. Me hubiese perdido proyectos como el de Penny Necklace, una de las bandas que han pasado por los acústicos de Intrépida. La música es arte y creatividad, ambas se nutren de la experimentación y Penny Necklace es un buen ejemplo. - Sense Sal – «La Sortida»
Aunque me ha sido difícil escoger una, tengo varias listas con grupos que cantan en catalán (también en euskera o gallego). Me da pena (más bien rabia) charlar con gente que desconoce o directamente reniega de muchos estilos y grupos por cantar en catalán o euskera, pero no lo hace con artistas de otros países. No saben lo que se pierden. Por suerte, en los últimos años los prejuicios se van eliminando y ojalá podamos escuchar más música en catalán, euskera o galego por las salas de Madrid. - Los Punsetes – «Opinión de mierda»
Para los que nos gusta debatir de política y tenemos amigos que nos aguantan, sabemos que más de una vez nos dedicarían esta canción.