La segunda edición del festival urbano Summer in the City arrancó el pasado miércoles de la mano de Salto en la sala Siroco de Madrid.
Fotografía: Eva Sanabria
Todavía faltan unas semanas para la llegada del verano, pero el pasado jueves 5 de junio comenzó la segunda edición del festival urbano Summer in the City. El objetivo declarado de este ciclo de conciertos es demostrar que resulta posible disfrutar de la música en directo en Madrid durante la época estival, fuera del marco ofrecido por los festivales convencionales.
Para esta inauguración nos habíamos congregado en la sala Siroco, uno de los dos escenarios —junto al de la sala El Sol— que forman parte del nuevo Summer in the City. Germán Salto era el encargado de abrir este temprano comienzo de la temporada veraniega, pero el músico madrileño no estaría solo y se había anunciado que vendría acompañado por su banda al completo: bajista, teclista, baterista y dos guitarristas además de él mismo.
Sin embargo, la sala estaba vacía a la hora de mi llegada. Salto iba a ser el único de los grupos presentes sobre el escenario y preferí llegar a la hora anunciada en lugar de arriesgarme a que un conato de puntualidad por parte de los músicos me privara de presenciar el comienzo de su actuación. Así, hube de esperar un rato mientras escuchaba una selección de greatest hits de rock clasicote al estilo de «Walk of Life» de Dire Straits. Los componentes de Salto finalmente salieron a escena, comenzando con una interpretación de «Mary» casi a capela, tan solo mínimamente arropada por el piano. Los sonidos rockeros llegaron casi de inmediato con «Her Man» y «Home Again», que se sucedieron sin pausa hasta que Germán concedió una pequeña tregua tras «It’s All About You», aludiendo jocosamente al hecho de no llevar gafas ese día y no poder ver el setlist y apenas vislumbrar su batería de pedales de efecto. La distensión así creada contribuyó a restarle algo de solemnidad a la liturgia rock que se había estado generando y el público respondió positivamente, dedicando una salva de cálidos aplausos a la delicada «Hopefully» y casi enloqueciendo al término del solo de guitarra de «Between the Lines». La sustitución de la guitarra acústica de Germán por una eléctrica propició un cierto cambio de sonoridad que estalló con «Everything», la canción inicial de Far from the Echoes (Industrias Bala, 2017).
En directo, el toque sesentero de Salto queda un poco difuminado por la mayor preeminencia de los aspectos rockeros. Pero, lejos de resultar un todo monolítico y algo plúmbeo, la propuesta de Salto ofrece una variedad sonora propiciada por el incuestionable virtuosismo de los músicos que componen la banda de Germán. Ya han transcurrido dos años desde la publicación de su último álbum y quizá pronto podamos escuchar alguna novedad.
