Conversamos con Antonio, mitad masculina del dúo asturiano Virginia and the Wolf. Su primer EP ha sido publicado hace poco más de un mes.
Fotografía: Adrián de la Torre
Antes de nada, ¿puedes confirmarnos que estás perfectamente capacitado para contestar las siguientes preguntas en nombre de los dos?
Juro solemnemente que estoy capacitado para responder en nombre de los dos a las preguntas que me hagas. La conozco muy bien y además, en nuestro dúo no hay secretos.
¿Por qué Virginia and the Wolf?
La verdad es que no hay un concepto premeditado detrás del nombre. Un día durante un brainstorming estábamos buscando nombres y a Paula se le ocurrió este, pero luego nos dimos cuenta de que podría funcionar muy bien: suena guay y es original. Además nos pareció bonito, ya que nosotros nos conocimos en la universidad cuando decidimos estudiar filología inglesa y tratábamos a Virginia Woolf de manera muy activa, porque estaba presente en varias de las asignaturas. Por otra parte, si lo relacionas con el hecho de que somos una mujer y un hombre, podemos decir que ella representa el lado femenino como Virginia —aunque se llama Paula— y yo el lado masculino como el lobo, aunque lo de lobo suena muy agresivo, mejor Antonio o Nica, para los amigos [guiño, guiño].
¿Cómo empezó todo?
Nos conocimos durante la carrera, nos empezamos a llevar muy bien y empezamos a cantar juntos y ya después a componer, tanto cada uno por su cuenta, como en compañía del otro. Nos mandábamos las ideas por WhatsApp y solíamos fijar un día para trabajar en ello.
Un día pensamos que sería divertido participar en una sesión de micro abierto que, por cierto, fue en el bar La Salvaje de Oviedo, donde volvemos a tocar este finde. Entonces, probamos a cantar una versión de Lana del Rey y también una canción original y la verdad que la sensación del público fue buena. Ello nos inspiró a decir: «Oye, ¿y por qué no grabamos una maqueta de unos cuatro temas?». Y así fue como empezamos a trabajar en lo que a día de hoy es Ultramar [autoeditado, 2019].
Ciñéndonos a las canciones del disco, ¿podríamos decir que ella es la parte en castellano y tú la parte en inglés?
Yo no lo diría así. En realidad las canciones surgen, bien en un idioma o bien en otro, porque lo que nos interesa es abordar ambos campos. Yo, en particular, tengo contacto con la lengua inglesa cada día; en el trabajo, en los estudios, en las series que veo, los libros que leo o la música que escucho, entonces de manera un poco inconsciente yo suelo tirarme más por las letras en inglés. Ella, sin embargo, siente más vínculo con la música en castellano, suele tener más inclinación a escribir temas en castellano.
¿Creéis que al escribir letras en inglés se puede reducir el público interesado en vuestra música?
No pienso necesariamente que se pueda reducir el público, porque la mayoría de nuestro repertorio más allá de Ultramar está en inglés, y al menos desde nuestra perspectiva la gente está respondiendo bastante bien, aunque es evidente que hay una atracción más inmediata si la canción está escrita en castellano.
No obstante, no tenemos ninguna pretensión comercial, no la hemos tenido hasta el momento con ninguna de las canciones que hemos escrito, ni la tenemos con Ultramar. Básicamente nosotros escribimos las canciones y no tratamos de saber si unas van a funcionar mejor que otras. Hay canciones como «El cazador» que están funcionando muy bien, o dos canciones que aún no hemos presentado pero que sí tenemos en mente que podrán conectar con el público de manera fácil e inmediata.
Por otra parte, sí que es verdad que actualmente en la escena musical de España no se suele encontrar música de autor, independiente o indie que presente las letras en inglés.

Nos pareció que el término dream folk igual se ajustaría bien a lo que hacemos.
¿Cómo defines el estilo musical del dúo?
Está pregunta es siempre nuestro punto débil. Resulta un poco difícil categorizar el género musical en el que se nos podría encajar, pero lo estuve comentando con Paula, porque sabía que esta pregunta iba a caer [risas]. Nos pareció que el término dream folk igual se ajustaría bien a lo que hacemos. Creo que nuestros temas tienen una cierta base de folk, también de canción de autor, a la que se le puede añadir el término dream, porque si no todas, algunas de nuestras canciones tienen un cierto toque onírico, presente, por ejemplo, en «The Bay», en «Blue Moon» o también en «Underwater». Todas ellas tienen como esta base atmosférica que hace que nos podamos aventurar a categorizarnos así como te comentaba. En general, a la gente le cuesta encasillarnos, y aquí en petit comité, te voy a confesar algo: eso nos encanta.
¿Qué es Ultramar?
La razón por la que el EP se titula Ultramar es porque tenemos esta idea de las canciones trascurren en una isla. Empieza con el sonido de las olas con «The Bay», nos metemos en el bosque, con «El cazador», subimos a las montañas con «Blue Moon», y nos volvemos a sumergir en el agua con «Underwater». Todo como un ciclo, acabas justo donde empezaste: en el agua.
Podríamos decir que está dividido en dos partes; las dos primeras canciones —que son las de Paula— son más íntimas y hacen referencia a la salud mental, a encontrarse bien con uno mismo y alidiar con cosas que son un poco tabú de manera personal. Nos gusta llamar a esta parte «yo y mis adentros». Las otras dos canciones mías se refieren a una relación ya no tan egocéntrica, sino más de amor o de amistad, “más hacia fuera y no tan hacia dentro. Por ejemplo, «Blue Moon» escenifica una relación en las últimas y «Underwater» es el luto por esa relación que se intuía acabada.
En definitiva, la idea de Ultramar es empezar de cero en otro sitio, y el EP presenta un ciclo de principio a fin perfectamente diferenciado y conectado —o eso quisimos conseguir—, como puede presentarlo una relación de amistad o una relación sentimental. Nosotros, como adultos en la mitad de la veintena, creo que estamos más acostumbrados a lo que son el inicio y el final de las relaciones en diferentes ámbitos. Por ese motivo, representa un nacimiento, un desarrollo y una muerte, que más tarde, perfectamente puede estar seguida de un renacer, pero si lo hay, desde luego, no tiene lugar en el disco. En definitiva, cualquiera que escuche con atención las cuatro canciones sabe perfectamente porque una está colocada antes de la anterior y viceversa.
Ya sabemos que pronto habrá actuación en Oviedo. ¿Hay alguna preparada para Madrid?
De momento solo nos hemos movido por Asturias, porque evidentemente es donde más fácil nos resulta encontrar un hueco, hay menos competencia y la gente nos conoce [risas]. Dicho esto, por supuesto que queremos movernos por Madrid, aprovechando también que hemos observado que la primera ciudad con más reproducciones del EP en Spotify es precisamente Madrid.
¿Tenéis algún videoclip preparado?
Lo cierto es que no sé si yo lo llamaría como tal, pero existe un video amateur, con un rollo muy casero, que grabamos en la bahía de Santander precisamente para la canción «The Bay». Paula veranea por allí y yo decidí irme para ensayar juntos unas actuaciones que teníamos, por lo que una vez allí dijimos «vamos a aprovechar y hacemos un videoclip en la playa» e hicimos lo que pudimos.
De manera más profesional tenemos pensado grabar un videoclip en condiciones para «El cazador» que es el single no oficial del disco . En esta ocasión tenemos en mente desplazarnos al País Vasco francés para realizarlo. Ya está todo confirmado y será en julio cuando podréis disfrutarlo.
Para mí la música es una pasión.
¿Cómo han acogido este disco familiares y amigos? ¿Os apoyan?
Tanto nuestros amigos como familiares han apoyado desde el principio el proyecto: han venido a los conciertos, han reaccionado bien a los temas y la verdad es que estamos muy contentos con la recepción de Ultramar, porque no había una pretensión comercial con esto, no tenemos un equipo detrás, ni una discográfica, ni una distribuidora. Nosotros nos lo guisamos, nosotros nos lo comemos.
Sí que es cierto que amigos nuestros —que son artistas de una u otra manera— nos ayudan bastante. Artistas en el sentido de echar una mano con la fotografía, dirección de videoclips, maquetación, producción, diseño gráfico… Pero los que realmente organizamos todo somos Paula y yo, y es una inversión económica. Y sí que esperamos poder compensarlo de alguna manera, por supuesto, como con las entradas a conciertos o con la venta de la edición física del disco.
Aun así, el objetivo que tenemos es que nuestras canciones, al igual que a nosotros nos emocionan, consigan emocionar a alguien más. Creo que esa parte la hemos conseguido.
¿Qué es para ti la música?
Para mí la música es una pasión, es algo que ocupa buena parte de mi tiempo. Soy una persona que le tiene mucho respeto al arte y a la inspiración. Yo pienso siempre aquello de que la inspiración te tiene que llegar trabajando, por lo que cuando tienes un proyecto artístico entre manos y piensas que es algo que vas a hacer durante un largo tiempo y realmente crees en ello, tienes que cultivarlo. Sobre todo, es algo que nunca deberías dejar de lado.
En parte por eso la música es mi segundo trabajo y nunca podría decir que es un hobby, porque le dedico demasiado tiempo. Para mí un hobby sería irme a El Retiro y hacer fotos o dibujar.
¿En qué te inspiras y cuál es tu ritual para componer?
Para escribir me inspiro sobre todo en vivencias personales. ¡Topicazo, lo sé!
Hablo de cosas que me molestan, de cosas que me han pasado, de cosas que no entiendo, de cosas que no me gustan. Una vez he identificado eso en mí, intento compararlo con algo, intento establecer una relación entre esa situación y a lo mejor un personaje mítico; o intento dotar de cuerpo a la idea que me pueda venir a la cabeza. Soy una persona muy visual: a mí me viene un concepto o imagen y yo lo adorno para que de ahí salga la idea.
Por otra parte, no tengo un ritual como tal para componer, lo que sí procuro es respetar siempre esos momentos de inspiración. Cuando me llega, intento encontrar unos minutos para poder apuntarlo y no olvidarme porque, una vez apuntado, ya puedo retomarlo cuando desee. Cuando llega «el rayo de luz» hay que hacerle caso, hay que cuidar esos momentos porque no llegan siempre y son muy especiales. Por otra parte, la inspiración considero que también es algo que fomentas, cuanto más canciones escribas, mejores canciones escribirás, ¿no? Pues precisamente por eso me esfuerzo por ser más o menos constante en crear.
Y ya para acabar con la pregunta, he de decir que me gusta escribir las canciones a mano si es posible. Si no tengo más remedio, lo hago en el móvil, como hacemos todo hoy en día.
Voy a terminar proponiéndote que definas a Paula y a Nica.
Paula lleva tocando la guitarra acústica diez años, Nica, sin embargo, he aprendido a tocar el ukelele de manera autodidacta comprándose uno de Tiger con forma de piña. Para Paula es importante como suene, para Nica es más significativa la letra.
Por lo tanto, como bien sabes, Nica es más idealista, más soñador. Paula es más técnica, está más con los pies en la tierra, y bueno, pues… Nica es el bohemio, ¡que oye, es la chispa que le hace falta siempre a toda creación artística!

El concierto de presentación de Ultramar tendrá lugar el sábado 29 de junio en La Salvaje de Oviedo.