El festival urbano Summer in the City continuó la semana pasada con la actuación de Molly Burch compartiendo el escenario de la sala El Sol con María Yfeu.
Fotografía: Eva Sanabria
El pasado jueves 4 de julio tuve que afrontar una pequeña disyuntiva. ¿Iría a ver a El Pardo una vez más o me decantaría por la estadounidense Molly Burch? La banda madrileña compartía el escenario de la sala Siroco con Parquesvr y Auto Sacramental, mientras que la música estadounidense sería precedida sobre las tablas de El Sol por María Yfeu. Finalmente mi ánimo explorador prevaleció, ayudado además por una entrevista que habíamos hecho a Molly Burch unos días atrás: la cantante y compositora había hecho referencia al escaso número de visitas que realiza a nuestro país y tomé la decisión entonces, confiando en que habrá futuras ocasiones de ver en directo a los recientemente reactivados El Pardo.
Pero antes habríamos de escuchar a María Yfeu, quien subió al escenario de la sala acompañada por un pianista al que presentó como Julio Martín. Empuñando una guitarra Gretsch de respetables dimensiones, la cantante sevillana ofreció una lección magistral de soul que funcionó extraordinariamente bien en el formato de dúo escogido para la ocasión. Los dedos de María recorrían el mástil con soltura, recurriendo a esas posiciones imposibles tan queridas por los guitarristas de jazz mientras Julio hacía lo propio sobre las teclas, empleándose principalmente con registros de piano eléctrico y órgano. Pero la voz de María Yfeu fue la incuestionable protagonista de su actuación, en virtud de su amplísima tesitura y sorprendente potencia. Su única canción publicada hasta la fecha es «Grudges» —«sublime», al decir de un emocionado espectador a mis espaldas—, a la que se añadió «Let It Grow (Up)», segundo sencillo de inminente aparición. Ya cerca del final de su actuación el dúo ofreció una interesante versión de «Cuatro rosas» de Gabinete Caligari, reservando para el cierre una pieza interpretada únicamente a piano y voz.
Por su parte, Molly Burch salió a escena arropada por una banda completa que, además de la preceptiva sección rítmica formada por bajista y baterista, incluía dos guitarristas. La puesta en escena hacía alarde de una honestidad y ausencia de filtros visible hasta en la práctica ausencia de pedales de efecto a los pies de los guitarristas: tan solo un pedal de trémolo para el primero, mientras el segundo se conformó con conectar su guitarra directamente al amplificador.
La estupenda «Candy» abrió fuego, seguida por «Wild» tras un brevísimo saludo a Madrid. La sonriente Molly se dirigiría al público en varias ocasiones más durante la velada y, tras «Wishful Thinking», encontró la ocasión perfecta para hacernos partícipes de su alegría por estar tocando en Madrid justo antes de ofrecernos el tema que le presta nombre a su último trabajo, First Flower (Captured Tracks, 2018). Con «Wrong for you» llegó el momento de recordar también Please Be Mine (Captured Tracks, 2017), su excelente primer trabajo. El sonido de la banda era sensacional, si bien encontré a la vocalista ligeramente falta de proyección en los registros más agudos. O, más probablemente, todavía me encontraba tan influido por la apabullante demostración de poderío llevada a cabo por María Yfeu que cualquier cosa me habría sabido a poco.
En todo caso la actuación siguió su curso hasta llegar a la distintiva introducción de timbales de «Without You», sucedida por una «Only you» que es la última canción publicada por Molly Burch por el momento y que será recogida en el disco de siete pulgadas Ballads a comienzos del próximo mes de agosto. El final correspondió a una «Downhearted» tan vitoreada que la cantante no pudo sino regresar a escena en compañía de uno de sus guitarristas para ofrecer una interpretación de «Not today» antes de retirarse definitivamente, de nuevo entre aplausos.