Rural Zombies se despiden en fecha cercana a la noche de Halloween, aunque no se trata de ninguna broma llevada a cabo por Jack Skeleton y sus secuaces.
Fotografía: Josu Torrealday
A primeros de septiembre llegaban malas noticias desde las redes sociales de Rural Zombies: game over. El juego había llegado a su fin. Como indicaban en el comunicado, sus vidas y profesiones han hecho inviable continuar con el recorrido de la banda ya que no podían dedicarse de manera profesional a Rural Zombies (como desgraciadamente ocurre en un elevadísimo número de artistas en España). Las vidas evolucionan, las responsabilidades aumentan y mantener una banda a tiempo parcial se convierte en una hazaña que a menudo no resulta posible llevarla a cabo. Y así ha ocurrido con Rural Zombies.
Rural Zombies aparecieron en 2014 en Zestoa y sorprendieron a propios y extraños con su primer disco, Bat (Warner Music, 2015), un ejercicio de pop electrónico de sonido internacional y con una tendencia muy marcada hacia la pista de baile. No hay nada como recordar éxitos tan pegadizos como «Golden», «Fall» o «Stones», donde la voz de Julia parecía transformarse en una Dolores O’Riordan electrónica. Con este disco llegaron las primeras actuaciones en festivales como el BBK Live, el Kutxa Kultur Festibala o el Sonorama. Crítica y público abrazaron con fervor a Rural Zombies y el quinteto guipuzcoano les devolvió el agradecimiento con la publicación de su segundo largo, From Home to Hospital St. (Mushroom Pillow, 2018) en el que volvieron a contar con Eñaut Gaztañaga a la grabación y producción. Once canciones continuistas que viran hacia un pop más etéreo y menos comercial con temas como «Ethereal» (magnífico sencillo) o «Whateverest». Un disco que se ha convertido en una despedida.
Tras su paso por Donosti y Bilbao, la despedida de la banda tendrá lugar el 25 de octubre en el Moby Dick Club de Madrid en compañía de No Wolf. Si no te quieres perder a Rural Zombies, recuerda, compra tus entradas en Wegow.