Asistimos a la presentación por todo lo alto del último trabajo de los vallisoletanos The Levitants, con lleno absoluto en la sala El Sol.
Fotografía: Eva Sanabria
Que Enola (Subterfuge Records, 2019) es uno de los discos más destacados de este año parece estar fuera de toda duda. El post-punk de nuevo cuño se resiste a morir y, si bien bandas como Interpol o Editors son sombras de lo que fueron, no faltan candidatos a abanderar la vertiente más accesible de los sonidos oscuros. Quizá algo parecido era lo que los componentes de The Levitants tenían en mente antes de su concierto del 24 de octubre en la sala El Sol, una fecha que sin duda contribuirá a consolidar su estatus en el panorama musical actual.
Pero antes de que The Levitants salieran a escena pudimos escuchar a su paisano, el compositor Kiko Sumillera. El músico vallisoletano no tuvo reparos en preceder a sus amigos sobre el escenario y, de paso, presentar su propio Jardín sin vigilancia (El Volcán Música, 2019), su último álbum. Desprovistas de la mayor parte de sus arreglos e interpretadas con una guitarra acústica, sus canciones sonaban algo más alejadas del pop y más próximas a la canción de autor o al folk de lo que podemos escuchar en sus trabajos. Con todo, hubo abundancia de momentos brillantes en temas como «Historias de fantasmas» o, ya cerca del final de su actuación, «Tres veces al día».
Los miembros de The Levitants salieron no mucho después, más que dispuestos a llenar con su música una sala ya abarrotada de público. El comienzo estuvo a cargo de la intensa «Telescape», una canción que a la postre ha acabado siendo el primer adelanto de Enola pese a haber sido publicada más de dos años atrás. Los guiños al pasado no quedaron ahí y «Nino Bravo» fue el primero de los temas extraídos del EP Coimbra (autoeditado, 2016) que escucharíamos aquella noche. No obstante, las canciones de Enola estaban llamadas a protagonizar la velada y «Red Lines» fue el primero de los momentos de gran intensidad ofrecidos por la banda. Tras la propia «Enola» pudimos escuchar «From the Other Side (Driving)», quizá uno de los temas más celebrados por un público a quien no pareció importar que el solo de guitarra hubiera resultado algo descafeinado. Pero la banda sonaba estupendamente pese a pequeños detalles como este, con la voz de Sergio menos impostada que en las grabaciones mientras que los teclados de Juan no tenían problemas en hacernos olvidar la ausencia de un bajista en la formación.
Después de la curiosa «Hay alguien ahí» y una «Light and Strokes» que fue anunciada como la más antigua de su repertorio, Sergio tomó prestada la guitarra de Kiko Sumillera para interpretar en solitario una versión acústica y desenchufada de «Ancient Empire», ofreciendo un inesperado momento de intimidad al aproximarse a la boca del escenario mientras algunos espectadores reclamaban silencio a los miembros más charlatanes de la audiencia. Dani y Juan regresaron para interpretar nuevamente «Ancient Empire» ya con la banda al completo, sucediéndola con una versión de «Toxic» de Britney Spears que ni la banda se molestó en anunciar ni buena parte del público dio muestras de reconocer. Tras agradecer una vez más nuestra asistencia, Sergio pidió que les ayudáramos a convertir la sala en una discoteca italiana: la saltarina línea de bajo sintético de «Adult Life» hizo mucho por ello, aunque el talante bailarín no parecía formar parte del bagaje del público y tampoco había demasiado espacio para el baile. La impresionante «Kolmanskop» sirvió casi de punto final a la actuación, aunque sería «Suicide» la canción escogida por The Levitants para despedirse de Madrid, con un reprise de su estribillo a modo de rúbrica.
