El viernes pasado vivimos cómo Camellos cosecharon un merecido sold out con el concierto de presentación de Calle para siempre en el Independance Club.
Fotografía: Fede Riat Castro
Sin pedirlo ni esperarlo, puntuales a las 21:30 del pasado viernes 13 de diciembre, Camellos saltaron al escenario del Independance Club con un sold out a sus espaldas y dieron comienzo a la presentación de su segundo largo. Los asistentes estaban dispersos por la sala, bien por estar en la barra pidiendo el chupito de Gures que incluía la entrada —junto a un single en vinilo que contenía la remezcla de «Vaya a la cárcel» realizada por Bronquio para quienes se dieron prisa en comprar su entrada anticipada—, bien por estar bicheando en los alrededores del puesto de merchandising, que en esta ocasión venía con novedades. Sin más preámbulos, Camellos trajeron un arsenal de 24 temas en apenas hora y media.
La banda dio comienzo a la noche con «Mazo», adelanto que ya se había podido escuchar semanas antes de que viese la luz Calle para siempre (Limbo Starr, 2019) y del que incluso pudimos disfrutar unos meses antes en el festival Altruritmo.
Antes de hacer una breve pasada por el EP Arroz con cosas (Limbo Starr, 2018) la banda tocó «Sabor a cobre». Llegó el turno de «Horrorlandia» y de «Avances». Llegados a este punto, no hace falta decir que la sala entera era un pogo difícil de evitar y esquivar. El pogo te atrapaba, la música de Camellos te atrapaba y las voces de los asistentes coreando las canciones de Camellos también te atrapaban.
Tras «Sorpresas» y «Mudanza», parecía que habría un pequeño respiro. Estábamos equivocados, y más cuando en «Tarde de cine», Jorge abandonó su puesto tras la batería y decidió hacer crowdsurfing lanzándose al público. Jorge fue relevado momentáneamente por el músico que los acompañaba aquella noche a los bongos, a los sintes y a la pandereta. Todo un hacha: ahí estaba él, de respaldo y apoyo al sonido de la banda.
La sala parecía que iba a prender en llamas con la llegada de «Ejecutivo estresado», seguida por «Muelle». El respiro que parecía que nunca nos iban a conceder finalmente llegó cuando los chicos pararon para afinar, al tiempo que agradecían a los allí presentes haber ido aquella noche.

El espectáculo continuó sin decaer. Llegó un punto en el que las cosas solo podían continuar yendo hacia arriba, ya que todo iba «Très bien»: ya lo decían en la canción que se adueñaba de la sala en ese mismo instante. Llegó una nueva tralla de temazos con «Healthy» y «Tentaciones», procedentes de este último LP. Con «Tentaciones» la sala fue envuelta por una tremenda atmósfera creada por el sintetizador, que duró hasta el momento de «Arroz con cosas». Tan solo hizo falta un acorde para que el público reconociese la canción que ha estado sonando en bucle en cientos de reproductores desde este verano. Incluso, se podría decir que fue la canción más coreada de la noche. Parecía que los cimientos de la sala se iban a venir abajo con lo que Camellos habían formado allí desde hacía unos cuantos minutos. La gente estaba feliz. Otros pasaron más tiempo sobrevolando cabezas de un lado a otro de la sala que con los pies en el suelo.
Aún quedaban tesoros bien guardados bajo tierra como «Siempre saludaba» o «Pesadilla en el hotel», uno de los adelantos que nos ofrecieron antes de que su último LP viese la luz. La banda también pasó por «Para ya», «Gilipollas», «Lo 100to» o «Vaya a la cárcel».
El final de la noche se acercaba y la gente lo sabía. «Becaria» y «Telmo y Luis» fueron los temas reservados para los últimos minutos del concierto. Tras «Telmo y Luis», los asistentes no dejaron de gritar a coro el nombre de la banda innumerables veces. Una sonrisa de oreja a oreja se esbozó en el rostro de las cinco personas que estaban sobre la tarima del escenario aquel día.
Tan solo quedaban dos canciones antes de despedirnos de ellos e irnos a casa. En«Es tan 2020» destacó la presencia de los bongos más que en ningún otro momento. Fue muy especial lo que engendraron Camellos en la capital. Rozaron lo divino, terminando así con «Café para muy cafeteros», una canción perteneciente a Arroz con cosas para coronar la presentación de Calle para siempre.
El reloj marcaba las once de la noche, no daba tiempo para más. Camellos dejaron sus instrumentos y se abrazaron. Lo habían conseguido, hicieron que nos enamorásemos una vez más de sus descarados directos. Mientras tanto, de fondo, sonaba el remix que Bronquio había realizado de «Vaya a la cárcel». Tan solo queda decir una última cosa: Camellos para siempre.