Asistimos a la celebración del quinto aniversario de Proyecto Waikiki, con Cuchillo de Fuego y No Fucks sobre el escenario del Maravillas Club.
Fotografía: Eva Sanabria & Diego Nistal
El pasado viernes 28 de febrero asistimos al quinto aniversario de Proyecto Waikiki, con un cartel irresistible para un viernes noche. La organización nos emplazó en un Maravillas Club que comenzó a llenarse tímidamente, pero que para el final de la noche mostraba un aforo cerca del completo.
Los encargados de prender la mecha fueron No Fucks, una banda con no poco recorrido y que está empezando a sonar cada vez con más fuerza en los circuitos musicales. Con «Devon», incluida en su primer disco homónimo, el trío asturiano mostró sus intenciones sin miedo, vestidos con trajes de vaqueros. «Quiero ser un gato», «Punkipop» y «En la cama (quiero estar)» descubrieron la esencia de No Fucks: letras para quedarte tirado en tu cama con música para sacarte de ella. Elisa, en la batería y a una de las voces principales junto a Stephen, entonó los himnos en los que parece que pueden convertirse «Muerte por asco» y «Quema tu casa», seguidas de «Control parental», incluida también en su primer álbum, editado por Discos de Kirlian. Para terminar, el primer single de ese disco, «Estrellas», y un tema prácticamente inédito, «Gran ciudad». Tras esto, Elisa y Stephen se bajaron con el público para, con la ayuda de una base y el bajo de Dani, cerrar el concierto versionando a Pitbull. El público ya estaba caliente para lo que venía.
Tras un pequeño descanso, y con mucho cuidado y pidiendo perdón por hablar, Juan, vocalista de Cuchillo de Fuego, relataba lo que iba a ocurrir. «Vamos a hacer unas canciones sobre el capitalismo salvaje y las dos cosas más importantes que tiene son la pasta y las motos de agua». Así, abrieron el concierto con «La pasta» y «Las motos de agua», temas que consiguieron que los más adeptos a la banda empezaran a enloquecer. El sonido del grupo gallego (una batería dura, una guitarra afilada y líneas de bajo perfectas) atrae, pero una vez que estás dentro, te quedas por las letras y el carisma de Juan. Después de «Hombre blanco», «Nocturno» no tardó en llegar, el primer gran himno para sus fans. Una canción sobre la reflexión de la vida en las cafeterías. Lo que decía: llegas por la música y te quedas por las letras. Para encarar el final, «Estrella Park» y «Bouquet (fuego y mierda)» fueron las elegidas antes de llegar al término del concierto con «Forforcio», que la gente disfrutó dándolo todo con Juan entre ellos. Una noche que nos dio lo que prometía, con dos bandas de categoría que mostraron su mejor versión en el quinto aniversario de Proyecto Waikiki.