Monterrosa nos alegra el verano con su nuevo disco, Última conexión, escueto EP en el que continúan con su tecnopop reivindicativo.
El verano es una época melancólica aunque los anuncios televisivos y estados de perfiles de las redes sociales trabajen con nosotros como trileros. Y los dispositivos tecnológicos y aplicaciones móviles ejerzan de gancho con ellos. Monterrosa, ese dúo que une electrónica y pop como si siguiéramos en el cambio de siglo, lo sabe y, por ello, le dedica su último EP, Última conexión (Las Amigas Producciones, 2020).
Monterrosa solo son Rocío y Enrique pero por el ritmo de publicaciones desde su fundación en 2018 puede parecer que son más que La tribu de los Brady. Sabiendo que muchas viviríamos el verano más extraño de nuestras vidas, el dúo nos ha regalado este pequeño EP con el que quitarnos el mono. De música nueva. De fiestas de la espuma. De amaneceres en discotecas de polígonos. De acordarte de tu ex. De todo. Precisamente, Monterrosa sigue creando hits jugando al despiste, dando pistas falsas sobre su naturaleza: haciéndole creer a la plana mayor que su música es simple tecno festivalero mientras sus letras siguen hurgando en la herida de las desigualdades sociales, sexuales y de género.
Monterrosa presenta dos nuevas canciones, «Última conexión» y «Late check-out», junto con una remezcla de «De vuelta», uno de sus primeros éxitos. Dos canciones en las que entre sesiones de spinning y recuerdos de DJ Marta, OBK, Gandía Shore y la necesidad de ser la reina de las tarimas, el dúo ahonda en la necesidad de reivindicar el amor libre (sin etiquetas, sin grilletes, sin imposiciones), de no avergonzarse de cómo y quién nos sentimos y de mirar al presente ante una ruptura sentimental. Los avances tecnológicos nos invitan a sentirnos más atadas a las presiones emocionales con sus actualizaciones y sus ticks azules, sus relojes pausados y sus últimas sesiones. Monterrosa, con su tecnopop, nos invita a vivir. ¿Con quién te quedas?