Continuamos despidiéndonos de la época estival con «Esta no es la canción del verano», último sencillo de los madrileños Joder Juan.
Leyva tiene de rockero lo que yo tengo de neurocirujano. Yo solo intento meterte alguna frase en la cabeza que te haga necesitar a ese otro yo que no seré en la vida. Hay frases que ni el mejor de los neurocirujanos podrá quitarte de la cabeza. Se quedan pegadas en el mismo lugar del cerebro donde Leyva se cree Elvis, Bruce, o Rosendo. La imaginación nunca debe ser operada, como mucho actualizada, como un programa de ordenador que necesita algunas mejoras para seguir funcionando. A Leyva para ser rockero, solo le falta saber lo que es el rock. A mí para llegar a ser neurocirujano, solo me falta creerme Dios. Solo cura la música y la literatura. Leyva se acerca más a Dios que al arte. Leyva es un curandero. Hay que creer mucho en él para que te haga efecto. Música que te deja en los huesos y la «chicha» hay que buscarla en esos grupos emergentes, que sí saben lo que son, o mejor dicho, que sí que saben lo que no son. El punk es antisistema porque no sabe ni a quién ataca ni a quién defiende. Todo el mundo puede convertirse en enemigo o amigo con la facilidad con la que cambian las cosas.
Joder Juan es un grupo de actitud punk que sabe todas estas cosas, y también lo de Leyva. A mí Leyva me cae bien porque le veo perdido y eso me hace empatizar con él. Si me gustase el pop comercial, él y Taburete serían mi concierto favorito al que ir. Bárcenas Jr. y Leyva sobre el escenario, me da la «mitad» de Pereza y esa avaricia tan paternal, de este país cuya capital es el pecado. El orden de los factores no altera el producto. Y ambos lo son, me refiero a producto, para esta sociedad capitalista. Las pijas que no se avergüenzan de serlo, mis favoritas, aman a Taburete. Las que sí que lo hacen, prefieren esconderlo en la pseudoestética de artista canallita del bueno de Leyva. Piensan que mola más decir que te gusta más la mitad del pecado más venial que existe, que ir de cara, muchas veces muy morenas, por estar demasiado expuestas al sol, y disfrutar de la alegría de una vida regalada donde se tiene de todo, menos buen gusto musical. Nadie merece menos lástima que los acomplejados sociales.
Joder Juan le cantan a la canción que no lo será del verano, cuya cantante dice que si está mojada es por el mar. Alguien está haciendo mal su trabajo, dar placer es a lo que se viene a este mundo, y más si te quedas como ella en Madrid. Las desilusiones se hacen más visibles que nunca y los errores se disfrutan mientras se derrite el helado que intentamos comernos. «Canciones para nadie», pues estamos cansados de hablar de nosotros mismos todo el rato. Hay que salir de uno para empezar a sentir otras cosas, seguramente igual de buenas, seguro que igual de malas. Meter la cabeza en el horno a lo Sylvia Plath, para hacer de la poesía papel quemado, follar en el coche, para sentir el mayor placer y la mayor incomodidad al mismo tiempo. Buscar en el sinsentido de la vida, el camino a seguir.
Y mientras tanto, querer mucho a Leyva, pues ha escrito bonitas canciones de pop, a Taburete, pues será mejor cantar canciones ñoñas que nos roben el corazón y el buen gusto, que afiliarse al PP para robarnos la cartera a todos, o incluso algo peor, acabar como los baños en los bares de copas, al fondo (a) (de) la derecha.
Larga vida a Joder Juan, la belleza será punk, ácrata, con la melodía y los colores de los que quieren la libertad para todos.