The Tyets publican por fin su esperado primer disco, El pipeig, con el que entramos de lleno en su universo.
El pipeig (Luup Records, 2020), es el nombre del disco de debut de The Tyets, y con el que entramos de lleno en su imaginario. Nueve temas nuevos en los que se mezclan estilos e idiomas de una manera tan natural como lo son ellos, y que les han hecho hacerse un hueco en la escena musical del país. Pero, ¿Qué es El pipeig? Como ellos dicen, hace referencia a «ir donde está la gente, donde sabemos que hay ambiente, que hay follón». Un concepto que vemos a lo largo de todo el álbum, con canciones que se alejan de su famoso trapetón y nos descubren un sonido más maduro, con estilos que van desde el pop hasta el trap más estadounidense, pasando por sonidos latinos, que acompañan letras que versan sobre la vida en su tierra, El Maresme, sobre el momento vital que están atravesando, despertándonos sentimientos desde la felicidad hasta la nostalgia.
Si con sus éxitos anteriores como «Hamaking» (Luup Records, 2019) y «RRHH (Tinc una casa)» (La Cúpula Music, 2019), ya nos abrieron la puerta al universo Tyets, con El pipeig nos sumergimos de lleno en su mundo de trap happy cotidiano y cercano, alejado de letras millonarias tan propias de estos estilos musicales, donde The Tyets nos cuentan historias del día a día: desde montarse la fiesta en otro lado si el bar de moda está lleno, de estar escuchando a tu grupo favorito en un festival rodeado de tus amigos o de solucionar una discusión de pareja con una peli de HBO y manta.
En El pipeig no encontraremos ninguno de sus hits anteriores, sino que descubrimos nueve temas nuevos en los que The Tyets marcan un punto de inflexión en la búsqueda de su sonido y su espacio. Dos de estos temas los pudimos escuchar como adelanto: «Bebesita» y «Txarango al Canet Rock» con el grupo valenciano La Fúmiga, con los que ya pudimos hacernos una idea de lo que iba a ser El pipeig. Si con «Bebesita» se nos presentaba una canción con base de trap junto a una letra honesta y cotidiana llena de recursos cómicos que trata una relación de pareja, en «Txarango al Canet Rock», tema que abre el disco, descubrimos un canto a la nostalgia y al recuerdo de pasarse el verano en festivales. Es un tema que va directo al corazón y el más comercial de todo el disco, que acaba con las trompetas al más puro estilo Txarango, por parte de La Fúmiga. En los siete restantes encontramos latineo en «Oye Mulata» —una colaboración con Ebonny donde veneran su querida comarca El Maresme—, la delicadeza e inocencia de «Mama tinc pipí», la electrónica rumbera en «Trapetón tón tón», el trap más americano de «Vaticano» o el pop en «Innobar» y «Supermanco». Un disco de sonido ecléctico pero que The Tyets han sabido acoplar muy bien en un orden que pasa fácilmente y sin sobresaltos de una canción a otra, de un estilo a otro, en un viaje por su universo que, una vez terminado, nos invita a volver a darle al play.
El disco ha sido grabado en La Kate Studio —el estudio propio de The Tyets en Mataró— a excepción de «Mama tinc pipí» que fue grabada en el estudio Camaleó por Aleix Iglesias, quien ha mezclado y masterizado el disco. La portada del disco es obra de Clara de Ramón.