Carolina Durante vuelve, una vez más, al fútbol en su último sencillo: «10». Por los que vienen, por los que se van.
Cuando llega el verano los chicos se enamoran. Las carnes ganan espacio a las telas. Las terrazas se adueñan de las aceras. Las dietas se toman, también, vacaciones. Los chiringuitos sólo entienden de cerveza fría y espetos a la sombra. Y, además, se producen despedidas y bienvenidas en el mundo deportivo como bien nos recuerda «10», el último sencillo de Carolina Durante.
En medio de las jornadas olímpicas, las alarmas saltaron por los aires en Can Barça: su estrella rutilante se iba. Ni conversaciones ni renovaciones. Nada de nuevos contratos como agente libre. El fin de una era les adelantaba por la izquierda mientras el jeque parisino se frotaba las manos después de haber cerrado uno de los mercados de verano más brillantes y menos costosos. Laporta no sabía donde mirar mientras Messi se deshacía en lágrimas dos días antes de ilusionarse ante la nueva propuesta futbolística (y económica) del PSG. Durante la estación estival llegan los amores de verano, intensos y efímeros, pero también las despedidas más amargas después de años de relación. Tanto fuera como dentro del campo.
A Carolina Durante le gusta el fútbol. Y mucho. Tenía guardada en la chistera esta canción homenaje de portada incontestable (aunque esas rayas le hagan pensar a una en el otro gigante con el que compartió focos en la Liga). «10» homenajea al astro argentino, pero también a todas aquellas figuras que cerraron la puerta después de décadas en su club. Un amor a los colores que no quita a la celebración de sus futuros goles en otras canchas con otras zamarras. Un amor a dioses mortales que hacen milagros con un balón pegado al pie. O a la mano.