Visitamos la sala El Sol para asistir a la presentación en directo del segundo álbum de Lunáticos, escoltados por Doctor Lobo.
Fotografía: Eva Sanabria
El pasado viernes 11 de febrero visité una vez más la sala El Sol, sintiendo una punzada de anticipación al recordar los casi dos años transcurridos desde mi última visita. Sin embargo, mientras bajaba las escaleras que conducen al recinto no pude evitar maldecir para mis adentros al escuchar que aparentemente el concierto ya había comenzado y que mi impuntualidad me había ganado la partida una vez más. Sin embargo, aunque la canción que sonaba me resultaba familiar, los cuatro tipos que tocaban sobre las tablas no eran Lunáticos: tardé unos momentos en darme cuenta de que estaba escuchando nada menos que «Donde rompe el océano», uno de los últimos sencillos de los valencianos Doctor Lobo y una de mis canciones preferidas del pasado año. Ignoro si se había anunciado previamente la presencia de la banda, pero poder escucharla en directo una vez más fue la sorpresa más agradable de una velada que ya prometía ser de gran interés. En todo caso el cuarteto sonó solvente, aguerrido cuando su música lo requería y más atmosférico en los momentos necesarios, con un repertorio construido principalmente a partir de las canciones de su último trabajo, La zona neutral (Polar Records, 2019). Pero además de temas tan estupendos como «Expedición» y «Código vital» pudimos escuchar «Alas» —su recién publicado nuevo sencillo— antes de que la banda cerrara su actuación con la trepidante oscuridad de «Nuevo orden».
Sin embargo, los protagonistas de la velada eran los madrileños Lunáticos, quienes acaban de publicar un segundo trabajo que supone una importante renovación de su sonido. Su debut Lo que somos (autoeditado, 2019) ya era una decidida apuesta por el pop guitarrero con algunos tintes electrónicos, pero con Animal (autoeditado, 2022) la banda ha pasado a mostrar mayor afinidad con bandas como The 1975 e incluso Duran Duran, combinando los sonidos de los ochenta con detalles más modernos, como el ubicuo autotune. Con el quinteto ya ocupando sus posiciones, el comienzo de su actuación con los estupendos riffs de guitarra de «Fuego y miel» fue sucedido por una «Mundo perfecto» que consiguió que buena parte del público se entregara al baile antes de continuar con «Cuestión de tiempo». El rumbo del concierto quedaba así fijado hacia los terrenos más festivos del pop, algo a lo que el nuevo material de Lunáticos se presta perfectamente. El repertorio de la banda se centró lógicamente en las canciones de Animal, sabiamente entreverados con algunos de los temas de su debut. «Natural» no podía faltar en esta cita y el público no tuvo reparos en corearla, aunque tuvimos que escuchar bastante para escuchar la más íntima «Señores de traje». Alejandro mostró su estupendo estado de forma vocal en la muy exigente «Despiértame», pareciendo poner con ella el punto final a la velada. No obstante, la banda regresó tras la falsa retirada de rigor para ofrecer una traca final encabezada por la muy esperada «Jaleo», uno de los mejores temas de Animal y una de las pruebas que evidencian que Lunáticos están sobradamente preparados para recintos de mayor aforo.