A Permanent Shadow: «Nunca me planteo hacer una canción complicada»

A Permanent Shadow: «Nunca me planteo hacer una canción complicada»

Conversamos con el compositor austriaco Christian Fletcher, alma del proyecto de rock electrónico A Permanent Shadow.

¿Tu nombre artístico procede de Fletcher Christian, el líder de los amotinados del HMS Bounty?
[Risas] Es casualidad, aunque yo tenía una profesora de latín en el colegio que siempre me llamaba Christian Fletcher por el libro y por la película. Así que sí hay alguna conexión con el barco.

¿Cómo surge el proyecto A Permanent Shadow?
De hecho comenzamos en 2017 a trabajar en las canciones del primer disco y tras un primer intento mi pareja de entonces me presentó a Albert Catalá, con quien sigo trabajando hoy. Él es teclista, muy aficionado a los sintes y con inquietudes relacionadas con la composición de música para bandas sonoras, así que entiende mucho de arreglos. Mis canciones son realmente muy básicas, con una melodía de voz y una idea de cómo debe caminar la canción. Nos costó casi dos años llegar a las diez canciones de Songs of Loss [autoeditado, 2019] y lo sacamos un año después.

¿Es por eso por lo que describes A Permanent Shadow como un colectivo que lideras antes que como un proyecto personal?
Previamente yo había tocado la batería en varios grupos y el concepto de banda me acabó cansando: muchos egos, muchas opiniones y al final el resultado nunca es lo que tu quieres, sino un compromiso entre cuatro o cinco personas. Yo quería salirme de esto y como tenía mis propias canciones decidí que quería contar con colaboradores, pero manteniendo la última palabra. Es más un proyecto en solitario disfrazado de banda. Además, en un grupo siempre hay uno o dos que tiran del carro y tres o cuatro detrás que se quejan de todo [risas]. Los deseos y preferencias de los músicos también condicionan mucho y es difícil que todos se pongan al servicio de la canción. Además trabajo en la preproducción con Albert y en el estudio con el productor Valentín Nieto, que son muy buenos músicos y saben dejar espacio en las canciones. Es todo muy orgánico.

Humdrum [autoeditado, 2022], tu nuevo trabajo, resulta muy distinto del primero, que contaba con mayor presencia de guitarras y otro sonido.
Quizá por ser el primer disco no tenía muy claro por donde tirar y además había muchos invitados en aquel trabajo. Yo no era consciente de que Valen, el productor, era tan buen guitarrista y bajista y entonces traje músicos de fuera. El batería también era otro y en Humdrum yo me he encargado de gran parte de las baterías: por eso tiene un sonido diferente. Pero con el segundo disco teníamos las ideas más claras y solo he colaborado con Albert y Valen.

¿Y cómo enfocas un proyecto de este tipo de cara al directo?
Con músicos profesionales, porque una cosa es hacer un proyecto de estudio donde hay mucho margen para manipular las canciones y crear muchas capas, pero al llevarlo al directo hay que contar con bases pregrabadas y para ello hacen falta músicos que sepan tocar bien y seguir un metrónomo.

Hablando de la presencia de múltiples capas en tus canciones, me da la sensación de que ello las arrastra hacia estructuras poco convencionales. ¿Intentas huir de la sucesión de estrofas y estribillos y buscar un enfoque más progresivo?
Yo nunca me planteo hacer una canción complicada, pero como lo primero que existe es la letra y cuenta con varias partes —como un libro—, ello hace que la canción llegue a contar con una parte C o incluso una parte D. ¿Por qué no? Alguien me dijo una vez que mis canciones tenían demasiadas partes, pero… ¿puede una canción tener demasiadas partes? Depende de lo que quieras conseguir.  Hace no mucho escuché una entrevista a Sting, que se quejaba de que las canciones que hoy suenan en la radio solo tienen partes A y B, con la parte C habiendo sido eliminada. Si quieres hacer música para Los 40 tienes que seguir estas restricciones, pero no es mi caso [risas].

Has comentado que tus canciones nacen desde la letra, ¿la parte vocal es lo primero que trabajas? ¿Usas herramientas como una guitarra acústica para terminar de crear el armazón?
No, la verdad es que uso el Octapad de Roland para trabajar con voz y ritmo. No toco instrumentos melódicos y lo primero que surge es la letra. Me suele costar trabajo identificar cada parte de la canción, pero una vez lo tengo claro organizo una estructura.

¿Es por eso por lo que tantas canciones de Humdrum tienen una orientación bailable?
Sí, además me encanta la música de baile de grupos como LCD Soundsystem y el disco rock.

La escucha de tu disco me hace pensar en cuáles pueden haber sido tus referentes y acuden a mi mente los Depeche Mode de la época de Ultra (Mute Records, 1997) y los Paradise Lost del Host (EMI, 1999), por esa manera de combinar guitarras rockeras con electrónica.
El mejor disco de Paradise Lost es Host, he debido escucharlo mil veces y durante una época lo ponía en bucle, Ultra es también el mejor disco de Depeche Mode y son de la misma época. Son discos que me marcaron mucho junto con Outside (Arista Records, 1995), de David Bowie, más jangle pero con mucha guitarra, electrónica y baterías orgánicas.

Resulta curioso que pese a la base electrónica de la música tus referentes procedan más de la década de los noventa que de los ochenta, mucho más presente en la actualidad.
En los noventa también había mucha música que tiraba de los ochenta y la primera mitad de los noventa es mi época formativa como músico: no tanto el britpop o el grunge, pero sí propuestas como Massive Attack o Tricky. Además, todos los que hemos trabajado en Humdrum somos seguidores de Nine Inch Nails y ha sido una referencia importante para nosotros durante el proceso de mezcla.

En cuanto al apartado lírico, el disco parece incluir un potente mensaje anticorporativo, con esos temas de inicio y cierre titulados «Corporate #1» y «Corporate #2» que permiten la escucha del álbum en bucle.
Sí, esa era la idea. Todos tenemos experiencias con el mundo corporativo y temas como el politiqueo en las empresas, el trato a los empleados, la bolsa me parecen asquerosos. Hay personas que ven oportunidades de ascenso que aprovechan aún a costa de deshumanizar sus relaciones y sobre eso tratan estos dos temas.

¿Y por qué utilizas el inglés como vehículo en tus letras?
Siempre me ha gustado la música en inglés y me costaría mucho escribir música en castellano. Yo he crecido con la MTV de los noventa y toda la música que he escuchado siempre era en inglés, así que es lo que me sale. En alemán también me gustaría más, hace muchos años que no vivo en Austria y me siento desconectado de la cultura de allí: cuando escucho la música actual no me dice nada, aunque conservo algunos referentes de los ochenta como Falco.

Junto a canciones tan oscuras como «This energy» hay destellos muy pop, como «Beautiful People». ¿De donde procede esa dualidad?
Lo interesante es que «Beautiful People» no fue escrita por mí, sino por un amigo mío con quien colaboré en algunas canciones para un EP que no llegó a salir. Uno de los temas era una versión muy diferente de «Beautiful People», más en la línea de Belle and Sebastian. Así que le pregunté si podía incluirla en mi propio disco y quizá desentona un poco, aunque creo que Valen ha conseguido que el conjunto suene coherente: al igual que yo, él piensa en términos de álbumes y no de singles.

¿Y cuáles son tus planes para el futuro inmediato? Aunque Humdrum acaba de salir he leído que ya estás trabajando en tu próximo trabajo.
Estamos trabajando en un EP de versiones y en verano empezaremos a grabar el tercer disco, pero ya estoy trabajando en las demos del cuarto. En la pandemia tuve mucho tiempo para leer, investigar, ver documentales… esto a mí me inspira mucho, no necesito estar con gente para sentirme inspirado. También queremos presentar Humdrum en directo y ya hemos hecho ya alguna prueba en estudio con caja de ritmos, guitarra y teclado. Funciona muy bien, así que lo más probable es que utilicemos este formato para las actuaciones de presentación.

Por último, ¿cuál sería una buena primera canción para comenzar a escuchar la música de A Permanent Shadow?
Probablemente «Speedtrain», el single actual. Representa muy bien lo que somos y lo que hacemos, con elementos funk, estribillo pegadizo y una parte inesperada en medio.

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