El segundo EP de Alice Greaves ofrece una nueva entrega de post-punk que presenta notables diferencias con su anterior trabajo.
Vivimos en una buena época para las músicas oscuras en nuestro país: no hay más que asomarse a cualquier plataforma digital para apreciar la enorme abundancia de propuestas de las más diversas procedencias. La Comunidad Valenciana y Asturias parecen servir de centros neurálgicos que aglutinan este tipo de sonidos, si bien es necesario tener en cuenta los proyectos surgidos en Barcelona y, por supuesto, en Madrid: es en esta última región donde está establecido el cuarteto capitalino Alice Greaves.
Los primeros pasos de la banda produjeron en el EP Interaction (autoeditado, 2019), cuya innegable vocación post-punk no suponía una cortapisa a la hora de hacer ciertas concesiones al pop, aproximándose a propuestas como las de los británicos Editors o White Lies. Tras un periodo de inactividad en el estudio —aunque no sobre los escenarios— la banda ha retomado su actividad discográfica a comienzos de este año, con tanto empeño que su segundo EP ha sido sucedido por el sencillo «Buildings» apenas unas semanas después de su publicación.
Pese al interés de este nuevo tema, la mayor entidad del EP Bow & Arrow (autoeditado, 2022) permite definir más apropiadamente las actuales coordenadas sonoras de Alice Greaves. Aunque no se han producido virajes estilísticos radicales, este segundo trabajo muestra una banda mucho más sombría ya desde la inicial «Andersen», con mayor interés en la exploración ambiental a través de pasajes instrumentales. La sólida infraestructura creada por las líneas de bajo sirve como base a un entramado donde predomina la reverberante guitarra eléctrica, si bien no cabe desestimar las aportaciones de unos sintetizadores con menor afán protagónico que en Interaction. Mención aparte merece una voz que suena tal vez más depurada que en el primer trabajo del grupo, huyendo de cansados estereotipos cavernosos en beneficio de una mayor claridad y fraseos más amables. «Flowers» es probablemente mi preferida de la terna que forma Bow & Arrow, con delicados episodios melódicos sucedidos por momentos de agresividad instrumental.
Bow & Arrow puede escucharse en la mayoría de servicios de streaming.