The Schizophonics en El Sol

The Schizophonics en El Sol

El trío californiano The Schizophonics rindió homenaje al rock’n’roll con su enérgico y salvaje directo en la sala El Sol de Madrid.

El ser humano se ufana de tomar riesgos en su día a día y hacer locuras fuera de su zona de confort. Desde deportes de riesgo a borracheras imposibles pasando por extrañas dietas milagrosas o jornadas tatuadoras maratonianas para conseguir una espalda totalmente tintada. Sin embargo, hay un riesgo que nos cuesta y nos hace perder ocasiones de vivir experiencias (casi) inexplicables: acudir a conciertos de bandas que no conocemos y perdernos experiencias como, por ejemplo, el directo de The Schizophonics.

El azar forma parte de nuestra vida. Escuchar El Sótano de Diego R. J., también. Un buen día suena en la radio «Steeley Eyed Lady», canción del segundo largo de The Schizophonics. Resulta que la banda viene de gira a España a finales de mayo. La compra de las entradas es automática. Voy a ir al concierto virgen de oído. A ver qué tal. Fui. Wow. Sólo podría definir el concierto con exclamaciones monosílabas y expresiones que me harían parecer una quinceañera. Sólo escribo esta crónica para que todo aquel que no fue al concierto, sepa lo que se ha perdido. Que hay que subirse a los trenes y no esperar en casa a que le llamen a la puerta. Activarse a sí mismo y a la cultura de salas. Y disfrutar de noventa minutos de rock’n’roll sudado a ritmo de The Schizophonics.

Puntuales a la cita, los californianos se subieron al escenario de la sala El Sol. Y, entonces, llegó la marabunta. Con un par de canciones, The Schizophonics demostraron la razón de su enganche. Pura dinamita. Una sesión de cardio a ritmo de garage, fuzz y rock’n’roll. Melenas al viento sin tiempo para el descanso. Pat Beers es poseído por el alma del demonio de Tasmania mientras se agita y contorsiona al ritmo de temarracos como «Something’s Got to Give», «The One I Want», «Like a Mummy» o «Streets of Heaven and Hell». El escenario se le queda corto a sus carreras, vaivenes, subidas y bajadas. No conozco las canciones, pero me resulta imposible no convertirme en una acólita más de la religión de la formación de San Diego. No sudar como una fanática, dar palmas a las coreografías de su frontman o gritar como una descosida con los solos de Lety a la batería. It’s only rock’n’roll, but I like it. Pogos creados espontáneamente, viajes musicales en el tiempo y el sobrepasado sosias de Axl Rose entre el público. Jo, qué noche. Los recuerdos se irán, se perderán, como lágrimas en la lluvia. Lo que no se olvidará es el concierto que The Schizophonics dieron el jueves 26 de mayo de 2022 en la sala El Sol de Madrid. Danzad, danzad, malditos.

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