Suko Pyramid, el proyecto personal de Adrián Suchowolski, cuenta desde hoy con un nuevo vídeo: «Don’t Say Sorry».
El pasado jueves 9 de febrero, el espacio creativo joven Un cuarto en llamas (creado por el Colectivo Másquepalabras para el público y artistas más noveles), residente en las salas del Conde Duque, contó con una proyección de lo más especial: el último videoclip de Suko Pyramid. Acompañado por su banda actual, y ofreciéndonos un pequeño (gran) concierto con sus mejores temas, la velada dejó para su final el plato fuerte de la jornada: la presentación oficial del vídeo de su último sencillo, «Don’t Say Sorry». Entrantes, primero, segundo, postre y café en uno.
Suko Pyramid, sobrenombre de Adrián Suchowolski, se ha tomado su tiempo para dar luz verde a «Don’t Say Sorry». Quizás tenga que ver el ser perfeccionista natural del artista, quizás que un vídeo animado como este cuenta con diez frames por segundo. Seis meses de trabajo para cinco minutos de metraje y una historia que no deja indiferente a nadie. Suko Pyramid ha metido en la misma coctelera a Marc Chagall, Robert Crumb, Edvard Munch y Heinz Edelmann para adentrarnos en la historia de un hombre (de aspecto clásico marinero) que quiere salvarse de su enganche al alcohol. Un viaje en blanco y negro (y algún morado) de trazos gruesos, asemejando a las xilografías del expresionismo inicial, en las que se entremezcla la realidad y los pensamientos de nuestro anónimo protagonista, perseguido por sus demonios, sus errores y sus pensamientos más intensos. Una exploración por los vericuetos del cerebro humano y por las posibilidades que aparecen cuando dibujo y música se dan la mano.
Es un gran paso adelante que lleva a Adrian aún más arriba de lo que ya había llegado. Su estilo se afirma con fuerza y se abre espacio como merece. Hace sin duda una combinación muy significativa de música, emotividady reflexión lo que se desprende incluso de la misma composición musical. Una imbricacion Inséparable que va más allá de lo trillado ofreciendo algo único y personalísimo. BRAVOOOOO, y a esperar más de Suko Pyramid.