La banda madrileña Puzzles y Dragones firma un disco de pop con mayúsculas con canciones rescatadas de sus comienzos.
Puzzles y Dragones acaban de publicar Recuerdos de Puzzles y Dragones (El Genio Equivocado, 2023), una colección de once maravillosas canciones que se ajustan a la perfección a las etiquetas de indie pop o jangle pop. Con este disco cierran un ciclo en el que recuperan muchas de las canciones que tenían guardadas en cajones y que solo conocían los más fieles que les seguían desde tiempos de MySpace y del colectivo Aplasta tus gafas de pasta.
En este álbum el grupo demuestran que ha entendido a la perfección los sonidos que asociamos al indie pop de los noventa, a sellos como Sarah Records y grupos como The Pastels, Even as We Speak y The Field Mice: melodías dulces y melancólicas, guitarras juguetonas y letras que son historias que cuentan historias mágicas e universales.
Pero no es el indie lo único que reivindican y también se puede apreciar matices que los acercan a grupos de la movida madrileña, a esos a quienes los más malos les dio por llamar «los babosos», que no eran otros que Los Secretos, Mamá o Los Modelos.
El disco se abre con una de las canciones importantes: «Rubén y Andrea», una declaración de intenciones y que define perfectamente todo lo que nos vamos a encontrar en el resto del disco. También me gustaría destacar canciones fabulosas como «Abismos y sombras», una canción perfecta que desprende esa melancolía y dulzura que les hace especiales.
«Fantasía» me parece la gran canción del disco y de toda su discografía, una bella historia sobre realidades imaginarias paralelas para huir de la realidad, donde todo es perfecto y podemos recuperar a la gente que hemos perdido, haciendo una referencia y paralelismo con «La invención de Morel», la novela de Adolfo Bioy Casares, que cuenta la historia de una persona que llega a una isla donde las imágenes se repiten una y otra vez.
Otros momentos brillantes que tiene el disco Recuerdos de Puzzles y Dragones son «Facebook» o «Gente mayor», que también cuentan historias muy particulares, incluso temas sociales y existenciales en esta última, al ritmo de esos sonidos que tanto nos gusta a los fans del C86.