Toldos Verdes nos ofrece veinte minutos de garage pop en su primer y homónimo largo. Diez canciones para celebrar la sombra en verano.
Posiblemente, la pregunta del millón de dólares de la industria musical es cuándo una banda ha conseguido el éxito. ¿Cuando vendes discos como rosquillas? ¿Cuando pisas más el escenario de los festivales de verano que el de tu propia casa? ¿Cuando uno de tus temas se convierte en la canción de un anuncio de televisión o, mejor aún, de un evento deportivo? Personalmente, todas son erróneas y la clave no está en el presente sino en el devenir: el éxito se da cuando las bandas que te siguen deciden seguir tus pasos. Llámalo imitación, llámalo acercamiento vocal. Carolina Durante ha sido la última gallina de los huevos de oro y uno de sus polluelos ha cogido una forma excepcional. Hablamos de Toldos Verdes y su primer largo.
Toldos Verdes lanzó su primer (y homónimo) largo a principios del 2024, después de abrirnos el apetito con su EP Tour de Francia (4 entertainment & arts, 2023). Y ahí sigue. En un play continuo. Desde la primera escucha, la influencia durante es obvia (en el deje, en las formas, en «Ya no me miento»), pero lejos de quedarse sólo en una simple imitación, los vecinos de Embajadores proponen un garage más primigenio como ocurría con The Parrots o Texxcoco allá cuando existía Proyecto Waikiki. Para muestra, los botones de la sangrienta «Amor vampiro», la tiki «Serás como los demás», la estupefaciente «Formigal» o la jovial «Quinceañero». Toldos Verdes (4 entertainment & arts, 2024) nos presenta las posibles vidas de un veinteañero actual. Los amores efímeros, las contradicciones perpetuas. Salir por patas de casa de tus padres y volver con una maleta cargada de tuppers en cada visita. Alquilar un piso cercano al trabajo mientras perdemos las horas buscando ofertas nuevas en LinkedIn porque detestas el sonido del despertador cada mañana. El descontento. Mirarse al espejo y sentirse un perdedor. Mirarse unas horas más tarde en el espejo del baño de cualquier antro y creerte el rey de Malasaña. Fusilar Tinder y ser incapaz de hablar con esa compañera de pupitre que te vuela la cabeza. Bailar una lenta con «Que te besé» y convertirte en la personificación de la fiesta con «Tanto tiempo» (épico final, por cierto).
Toldos Verdes sólo quieren ser Álvaro Vidal, Luis, Laro y Álvaro Artaza. Cuatro pavos que comparten barrio, vivencias y unas ganas enormes por comerse la vida. Por darte diez canciones en veinte minutos y quedarse para siempre en tu memoria musical. La prisa sí, pero también la necesidad de perdurar en el tiempo.
