Acudimos al jolgorio que Gloriosa Rotonda y Aiko ofrecieron en el Café La Palma con motivo de la publicación del nuevo EP de los primeros.
Como propuesta de vuelta de las festividades de Navidad, acudimos el pasado 10 de enero al Café la Palma para presenciar los conciertos de Aiko y Gloriosa Rotonda, quienes traían entre las manos su EP En apuros (Limbo Starr, 2019). Dos años atrás por las mismas fechas, Gloriosa Rotonda se adueñó del escenario del Café La Palma acompañados aquella vez por Camellos. Es decir, prácticamente ellos mismos, pero con diferente alineación en sus filas.
Las encargadas de comenzar a dar rienda suelta a la noche fueron Aiko. Con sus instrumentos a punto y bien afinados inundaron la sala con el sonido de «La peste», un comienzo febril y potente. La tanda de trallazos continuó con «Ya te vale» y «Astenia primaveral». Las canciones de Aiko tienen esos tintes personales y de preocupaciones mundanas del día a día sin ningún tipo de filtro. Todo ello siempre unificado por juegos melódicos en las voces, guitarras afiladas, baterías minimalistas y teclados personales y eufóricos.
«A mí ya me iba mal de antes» fue la canción encargada de cautivar hasta el último de la fila al fondo de la sala y, a decir verdad, dio pie a que más de uno se soltase a marcarse algún que otro baile. Todo ello continuó con «¿Por qué no dices la verdad?», caracterizada por una letra llena de despecho de arriba a abajo. De hecho, en esta ocasión proclamaron a los cuatro vientos que se trataba de una canción perfecta para irse poniendo a tono. Llegó el punto en el que ya nos encontrábamos en el ecuador del repertorio de Aiko, sorprendiéndonos esta vez con una canción sobre la copa menstrual, en concreto sobre una copa menstrual a punto de rebosar. Pero el final se acercaba y Aiko decidieron proseguir el espectáculo con «Truchita (nunca volveré!!)» y «Si me conoces, ¿por qué me haces sufrir?». «Ay, como se entere la Celi» es el tema que da nombre al grupo a través de un juego de palabras —y que además aclararon que es el nombre de la madre de Bárbara, teclista de la banda—. Para culminar el ciclo, «Quiero conocer a otras personas (por tu actitud)».
El paso sobre la tarima del Café La Palma de Gloriosa Rotonda —antes conocidos como The Bärds— fue una verbena a flor de piel. Llegaron para presentar En apuros, pero no dejaron de lado su primer EP homónimo —Gloriosa Rotonda (Limbo Starr, 2017), tocando temas como «Prozac» o «Las bisnietas de Ray Charles». Es poco común ver la conexión y pasión que comparten los componentes de esta banda sobre el escenario, pero sin esperarlo nos dimos de bruces con ello. Percusiones inimaginables de todo tipo, guitarras crudas y afiladas, baterías envolventes y un bajo adictivo. Su forma de hacer música es pura y frenéticamente abductiva, dejando claro que para hacer buenas canciones no hacen falta minutos y minutos sin fin aparente, sino que solo se necesita condensar toda esa fuerza para obtener un resultado atronador. Así lo demostraron con dos de sus nuevas canciones, «En apuros» y «Agujero».
Como era de esperar, dejaron entrever sorpresas en diferentes puntos de la noche. Una de ellas fue con uno de sus temas, el cual indicaron que antes recibía el nombre de «Vomitar». Sin embargo, habían decidido cambiarle el nombre y ya nunca más había vuelto a llamarse así. Otro de los puntos fuertes llegó con la interpretación de otra canción la cual dejaron descartar de su anterior EP.
«Pasta pizza» y «Pollock es Dios» formaron también parte del catálogo de canciones contagiosas de buen rollo. Incluso Charly —cantante de la formación—, invitó al publico a corear junto a él la letra de esta última canción. Llegados a este punto, ya nadie podía ponerle frenos al quinteto.
Fue una noche llena de espíritu fiestero que dejó patente que el cuerpo quería ser cautivado por estas dos bandas con proyección en el panorama emergente.